Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

21 Oct, 2013

Hubiera sido mejor con oportunidad y a fondo, que “en tiempo y forma”

Los temas fiscales de nuestro país quedaron resueltos entre jueves y viernes de la semana pasada, como dicen los clásicos, en “tiempo y forma”. Me hubiera gustado que la solución hubiese sido alcanzada con oportunidad en vez de “en tiempo” y  tocando el fondo del asunto, en vez de ponderar la forma.

El viernes por la mañana en una reunión de trabajo y negocios alguien me preguntó que cómo veía yo la actuación de nuestros gobernantes en estos momentos en los que en medio de una condición económica deteriorada, conflictos políticos y tiempo que corre hacia sus fechas límite, se llega a acuerdos que por el solo hecho de ser consumados, se consideran como avances e incluso como un éxito.

Mi respuesta es que me parecía que era un grupo de hábiles operadores, pues eran capaces de conseguir lo que querían o en todo caso lo que su partido  o los grupos de poder que hay atrás de ellos buscan obtener. Y hablo en plural, pues aunque mi interlocutor pensaba que yo respondiera en términos del Presidente de la República —se formó en los tiempos del presidencialismo rampante, igual que yo, pero con un contacto con la realidad menos amplio— no lo hice por dos motivos.

Uno es que no me gusta caer en el truco que otro propone para originar una polémica que sólo pretende culpar a alguien y escuchar decir a otros lo que a él mismo no se le ocurre o no se atreve a plantear y el otro, porque en realidad pienso que los actos del gobierno son ejecutados por los que están en posiciones y lugares destinados para ello y no por una persona a la que se le atribuyen facultades fantásticas.

Sí, porque aunque fui —como escribí— formado en la época del presidencialismo imbatible, nunca he pensado que el que ocupa el puesto —el de Presidente de la República— sea un ser infalible y todopoderoso, por más que su séquito y el aparato que le rodea trate de hacerle ver de esa manera.

Pero por lo que se ve en los eventos que hemos atestiguado en los meses que el actual gobierno está a cargo del poder, son buenos operadores. Negocian, ceden, conceden, hacen alianzas, intercambian y aparentemente consiguen lo que buscan, cosa que no sólo se concentra en el tema específico que están negociando sino que tiene digamos “efectos colaterales” en el ámbito político que supongo atacan algunos temas periféricos o acaso servirán para ayudar a resolver situaciones futuras.

Las negociaciones sobre los temas fiscales se produjeron con una condición distinta a lo que hemos visto en el pasado: el partido que formó alianza con el PRI para aprobarles fue el PRD y no el PAN, quizá porque este último a su interior muestra fracturas suficientes como para no confiar en su condición de bloque y con ello arriesgar la cantidad de votos que puede aportar. Así, el PAN queda aislado de la reforma hacendaria, de la aprobación del paquete económico de 2014, y más aún, parece no tener recursos para subirse nuevamente a la escena de la política de partidos y ocupar un papel importante, para conseguir “algo”, algún logro que pueda servir para mostrar a sus militantes y tratar de reagruparlos.

El PRD por su parte, recibió como sabemos, la no inclusión del IVA generalizado, una lana en forma del llamado “fondo de capitalidad” y algunos otros beneficios “menores”. De paso, el PRI consigue debilitar a la izquierda, pues López Obrador queda aislado y despojado de una “bandera de lucha popular” —“no al IVA generalizado”— y dejarle solamente los temas del petróleo.

La cuestión de si este es el paquete de medidas que se necesitan para que el bienestar de la sociedad se vea incrementado en el paso del tiempo como un resultado directo de ellas y no por eventos fortuitos incluidos los rescates galácticos, guadalupanos o de los gringos (los de las tres  “G”, que otras veces he mencionado), parece quedar de lado y la atención trata de ser centrada en la aprobación, por el hecho mismo, lo que me hace pensar que los negociadores u operadores están más abocados a conseguir sus objetivos que a cumplir con el compromiso que tienen con la sociedad, a la que sólo le dicen: se aprobó tal o cual cosa. Si sirve a los intereses de la ciudadanía, está por verse. Suerte.

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