Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

24 Oct, 2013

¿Se justifica el pesimismo de los mexicanos?

El ánimo de los empresarios, tanto grandes como pequeños incluidos por supuesto comerciantes y profesionistas y un gran porcentaje de la clase media, ha dado un vuelco de 180 grados del primer trimestre de este año a lo que se está viviendo hoy.  En los primeros tres meses del año había un optimismo desbordado, y hasta se pensó en que era “el Mexican Moment” (el Momento de México) y éste estaba fincado en un año donde la expectativa era crecer muy cerca de 4% y además había muchas esperanzas por las reformas estructurales que se habían detenido por razones de desacuerdo político durante prácticamente 15 años.

La situación, hoy es muy distinta, toda vez que el crecimiento económico para todo el año va a estar muy lejos de la previsión que el gobierno tenía hace un año, y si bien es cierto se han logrado pasar muchas reformas de las llamadas estructurales, como la Ley Federal del Trabajo, la de telecomunicaciones y la reforma educativa, etc. La última presentada, que fue la hacendaria, está causando un malestar generalizado entre muchos de los actores económicos. Esta reforma que era de las más importantes, deja mucho que desear y en realidad no se puede considerar como estructural, ya que es simplemente una miscelánea fiscal, que le va a generar al gobierno ingresos adicionales por alrededor de 180 mil millones de pesos, lo cual no es malo, pero el disgusto está en que la mayor contribución a ello es de las personas físicas de la llamada clase media.

Faltan por presentarse dos reformas importantes, que son la financiera y la energética, que si se hacen bien, pueden contribuir al crecimiento de México; la primera porque permitirá que el crédito fluya en forma más adecuada a la mediana y pequeña industrias a través de una reestructuración de la banca de desarrollo, y la otra, la energética si no sale muy recortada podrá generar flujos de inversión privada que permitirán crecer el empleo y darle un impulso a la economía muy importante. 

El cambio de ánimo se originó por muchas razones; la primera porque se había creado una expectativa de crecimiento que finalmente no se dio, en segundo lugar las reformas que han pasado en términos generales, están pendientes de implementación, además de lo anterior, el problema que han organizado los maestros de la CNTE en la capital y en algunas otras ciudades, tiene a la población en general de mal humor, ya que nadie los mete en orden, y por si fuera poco los desastres naturales también han influido en el pesimismo que prevalece ahora.

Los mexicanos somos muy adeptos a exagerar, tanto las buenas como las malas noticias; mi impresión es que no había razón para ser tan optimista a principio del año, y hoy, aunque las noticias no son muy buenas, tampoco justifican el pesimismo que se vive, toda vez que la perspectiva de 2014 es francamente distinta.  Sé que hace un año el gobierno decía que íbamos a crecer a 3.8%, se equivocó y hoy dice que vamos a crecer en 2014 muy cerca de 4% y mucha gente se pregunta ¿por qué hoy  les voy a creer ?  La verdad es que las condiciones actuales son muy distintas en muchos aspectos, sobre todo hay dos que van hacer que México tenga mucho mejor próximo año. La primera es que el crecimiento de la industria manufacturera en EU va hacia arriba y hace un año iba hacia abajo, y la segunda es que el gasto público ejercido por el gobierno en 2013 va hacer muy inferior al de 2012, pero no se nos olvide que en 2014 el gasto público se incrementará en forma sustantiva, producto de que el Congreso está en proceso de autorizar un déficit de 1.5% del PIB para el año entrante.

En resumen, yo sí creo que tenemos enfrente un mejor año.

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