Impuestos adelgazan a compañías productoras

Ante la nueva carga impositiva, empresas como Bimbo, Nestlé, Coca-Cola FEMSA, entre otras, redefinen sus planes de negocio para el próximo año
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Impuestos adelgazan a compañías productoras

CIUDAD DE MÉXICO.- Los nuevos impuestos Provocarán que empresas como Bimbo, Coca-Cola FEMSA y Nestlé revisen fórmulas, tamaños de sus productos y hasta sus políticas de precios.

René Martínez, director de Relaciones Institucionales de Bimbo, reconoció que varias de las categorías de la empresa podrían verse afectadas por el impuesto especial de ocho por ciento aprobado para el próximo año y que “corresponderá a cada empresa acelerar el proceso de reformulación”.

En tanto, Héctor Treviño, director de finanzas de KOF, mencionó que el impuesto de un peso por litro a las bebidas azucaradas sí hará que las compañías busquen reconfigurar su portafolio, estrategia que implementaría la principal fabricante de bebidas Coca-Cola de nuestro país.

Por su parte, Mario Vera, vicepresidente de comunicación de Nestlé en México, sostuvo que las empresas tendrán que analizar sus políticas de precios, principalmente tratándose de productos de impulso, como los chocolates.

Ante la nueva carga impositiva las empresas sostienen que los gravámenes no servirán para reducir la obesidad. Pero mientras no se demuestre lo contrario y se necesite de una mayor recaudación por parte del gobierno, las fabricantes de estos productos ya evalúan las medidas a seguir para salvarse o verse lo menos afectadas por los nuevos impuestos.

Una de las opciones es la reformulación de productos, y no sería la primera vez que las empresas mexicanas se ven en la necesidad de ajustar su oferta a la legislación.

Desde hace diez años, las firmas empezaron a sentir la presión de los consumidores frente a los ingredientes de sus portafolios; así, redujeron en primer lugar las temibles grasas trans, cuya principal exponente fueron las galletas Oreo, que en 2003 fueron severamente criticadas por su formulación, pero que, pese a todo, a la fecha, siguen siendo uno de los productos estrella de Mondelez, antes Kraft.

Aunque las empresas mexicanas empezaron a seguir la tendencia de mejorar sus ingredientes no fue sino hasta antes de que se prohibió el consumo de algunos de sus productos en las escuelas que empezaron a invertir millonarias cantidades para poder cambiar.

Reformularse, arma de doble filo

Reformular requiere de millonarias inversiones, y a veces no resultan. Basta señalar que cuando estaban en discusión las reglas para la venta de alimentos en los colegios, el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) estimó que por línea de producto, la reformulación de un alimento representaba un gasto de hasta 187 millones de pesos, mientras que el rediseño de empaques, 260 millones de pesos.

Sin embargo, la mejor solución para mantener los márgenes de una empresa no siempre es reformular, ya que el principal reto ha sido reconquistar el paladar de los mexicanos con esas nuevas recetas y en ese camino pueden perderse ventas y recursos.

Por ejemplo, tratándose de productos light y según datos de la firma Kantar Worldpanel (KWP), solamente 16 por ciento de los mexicanos los consume, mientras que en Latinoamérica el promedio es de 30 por ciento.

Además, los mexicanos demandan menos de este tipo de productos, pues cuatro de cada diez compradores no creen en sus beneficios, pero lo más significativo es que a 37 por ciento no les gusta su sabor.

Mientras empresas como The Coca-Cola Company tienen entre sus planes que por cada opción con calorías haya una en versión light, según datos de KWP. De todo el refresco que beben los mexicanos, solamente dos por ciento es sin calorías.

Por su naturaleza, los impuestos especiales deben reflejarse en el precio de los productos, pero esto no es una actividad sencilla.

Por ejemplo, tratándose de ocho por ciento a botanas o chocolates, el porcentaje será difícil de cobrar, comentó Vera, de Neslté.

Si una barra de chocolate Carlos V cuenta 6.50 pesos, cobrar 52 centavos adicionales el próximo año y que el producto valga 7.02 pesos será difícil de recaudar, principalmente en formatos como las tienditas.

“En esta categoría (chocolates) es de productos de impulso, tienen que estar generalmente ligadas a precio redondeado, cinco pesos, diez pesos…lo que resulta con el IEPS es un número raro. Lo que muchos pueden hacer es cambiar el gramaje para que se adapte el tamaño del producto al nuevo precio”, expuso.

Los primeros productos en verse afectados por los Impuestos Especiales sobre Producción y Servicios (IEPS) son las bebidas azucaradas, entre las que destacan los refrescos: estos pagarán un peso por litro.

Empresas como KOF, la principal embotelladora de bebidas Coca-Cola en México y en el mundo, estima que su volumen de ventas podría caer alrededor de cinco por ciento.

 

Prevén impactos en la industria

Luego de que se aprobó un impuesto de ocho por ciento a los productos con alto contenido calórico, así como un gravamen de un peso por litro a las bebidas azucaradas, las refresqueras y fabricantes de alimentos deberán acatar la nueva legislación.

Jaime Zabludowsky, presidente del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), que abarca a 46 empresas de las industrias de alimentos y bebidas, sostuvo que las compañías tendrán que analizar las medidas que tomarán para hacer frente a los nuevos gravámenes aplicables a partir del siguiente año.

“Todas las empresas están en proceso de reconfiguración de empaques.

En algunos casos ese proceso va a seguir, en otros casos subirán los precios a los consumidores finales, y es difícil saber qué producto aumentará de precio, pero parte del impacto de estos impuestos se va a trasladar a los consumidores”, declaró ayer el empresario en conferencia telefónica.

Respetan decisión

Por su parte la cadena productiva azúcar, ingenios, proveedores, refrescos y pequeños comerciantes señalaron que respetarán la reforma fiscal que se aprobó.

Sin embargo sostuvieron que tendrán “ que adaptarse a las nuevas circunstancias que plantea este nuevo impuesto, en el planteamiento y análisis de nuevas inversiones y adecuación de sus procesos productivos, para minimizar el posible impacto negativo que este gravamen traerá en el empleo, producción, rentabilidad y crecimiento”.

Inclusive, el propio Zabludowsky reconoció que algunas empresas podrían replantear sus planes de inversión hacia futuro, lo que podría afectar la creación de nuevos empleos.

Las compañías sí prevén que como resultado de los ajustes la demanda de sus productos disminuya; tratándose de refrescos, se estima que la disminución puede ser superior al cinco por ciento.

¿Obesos?

Tanto ConMéxico como la cadena productiva del refresco coincidieron en que están en contra de que se tache a sus productos como causantes de los problemas de obesidad que afectan a la población.

Opinaron que el gobierno debería implementar un programa de resultados, mediante el cual se verifique que los nuevos gravámenes realmente reducen el problema.

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