Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

8 Nov, 2013

La formalidad mató al gato

Dice un dicho que “la curiosidad mató al gato”… En el mundo de los pequeños negocios, en donde la curiosidad y la creatividad son inminentes para crecer y sobresalir, lo que mata “al gato”, irónicamente, es la formalidad: todos los procesos administrativos, operativos y logísticos que las empresas tienen que cumplir para seguir operando.

Se vuelve una discusión al estilo ¿qué vino primero, el huevo o la gallina?, ¿qué es más importante dentro de un negocio: la puntualidad y adecuación a los “aburridos” procesos administrativos” o trabajar en nuevas ideas, nuevos proyectos, perseguir nuevos clientes?

Queda claro que ambas son fundamentales, pero cuando el día tiene sólo 24 horas y sólo tenemos dos manos y una cabeza (por más multitasking que se pueda hacer) a veces hay que sentar prioridades. ¿A qué le dedico más tiempo? ¿Qué hago primero? ¿En dónde invierto, en sistemas administrativos o en proyectos imaginativos?

Este es un tema particularmente espinoso para los pequeños negocios, en donde muchas veces es la misma persona quien desempeña ambas funciones o, en su defecto, es la que supervisa ambas labores.

Y viene la pregunta obligada: ¿Cómo permanecer creativo e innovando cuando existen tantas responsabilidades cotidianas que atender?

Esta pregunta no es sólo una cuestión de tiempo (¿a qué le dedico más horas, a la parte creativa/de desarrollo o a la parte administrativa?), también es una cuestión de dinero e inversión de recursos (¿en qué gasto primero, en un sistema administrativo o en contratar los servicios de una persona que renueve la imagen de mis reportes? ¿Contrato a un administrador o un diseñador?).

La verdad es que no hay una respuesta correcta. Mucho depende del momento (o quizá el día) en el que esté el negocio. Mucho depende de lo que se considere aun más urgente y, muchas veces, depende de qué “me late”, ¿qué me dice el instinto emocional sobre qué es lo correcto?

¿Qué debo ser, más creativo o atender mejor los procesos de estructura de la empresa? ¿Qué es más rentable? Uno de los problemas en esta disyuntiva es que los beneficios de la estructura tienen resultados tangibles en el corto plazo, mientras que los resultados de los procesos e inversiones creativas son redituables en un plazo mayor.

Evaluar el costo-beneficio entre ambos también es difícil. Es la típica ecuación de peras y manzanas. Se puede evaluar el costo-beneficio entre diferentes procesos o mejoras administrativas y el costo-beneficio de diferentes ideas o proyectos innovadores y creativos, pero hacerlo entre ambos es difícil e inconsecuente. La decisión va a ser completamente subjetiva.

¿Cómo entonces no perder la creatividad y el crecimiento a la vez que atiendes los procesos administrativos?

Tres palabras: organización, organización y organización… En la medida en que la empresa y esos procesos administrativos estén bien organizados, delineados y tengan un responsable que los realice en tiempo y forma, mayor lugar existe para canalizar de una manera adecuada las nuevas ideas, los nuevos proyectos y las locuras temporales.

La creatividad dentro de las empresas debe ser SIEMPRE apoyada y fomentada (léase creatividad no cómo crear el próximo Twitter, sino también cómo encontrar un nuevo cliente) es la piedra filosofal que convierte en oro-utilidades lo que hacemos. Pero siempre debe ser procurada en un ambiente de estructura administrativa férrea.

La idea mental de las empresas en donde los directores nunca se bañan y todo lo manejan en post-its es un mito hollywoodesco. Para que el gato maúlle necesita creatividad, pero también una muy buena barda en dónde recargarse.

                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel

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