Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

20 Dic, 2013

Emprendedurismo contagioso

Solía ser (hace no mucho tiempo) que lo viral se refería a enfermedades contagiosas. El virus de la influenza, por ejemplo. Nada positivo en que algo fuera viral. Al contrario, existían vacunas contra todo eso.

Hoy en día, con el crecimiento de internet y las redes sociales, lo viral es algo positivo. Incluso buscado. El decir que un video se convirtió en viral (léase que se propagó entre la gente a una velocidad impactante) es uno de los atributos más deseados de mercadólogos, cinematógrafos, artistas y el público en general.

El concepto de viralidad, el contagio entre los que primero adoptan un concepto y la población en general, se puede también aplicar al emprendedurismo. Poniendo una perspectiva nueva en dos cosas: la primera se refiere a las características necesarias para criar ciudadanos y/o hijos emprendedores (ya sea en sus propios negocios o como “intraprendedores” que sean empleados proactivos y con iniciativa); la segunda es la importancia de que estos emprendedores se vuelvan ejemplo ante la sociedad en general. Sin importar si han tenido o no éxito en sus emprendimientos.

No sólo Mark Zuckerberg o Jack Dorsey (los fundadores de Facebook y Twitter, respectivamente) son un ejemplo para los nacientes emprendedores, o aquellos que tienen una vaga idea de que quieren emprender, si no también el vecino, el primo, el amigo o el amigo del amigo emprendedor son ejemplos reales y motivadores para fomentar el emprendedurismo.

Un estudio realizado por la Fundación Kauffman y publicado en Forbes revela que las personas que conocen a un emprendedor tienen 20 veces más probabilidades de volverse emprendedores. Si ese emprendedor trabaja en industrias de “alto crecimiento” (software, internet…) sus conocidos tienen 27 veces más probabilidades de iniciar un negocio propio.

Otro estudio similar, realizado por el NFTE (Asociación para la enseñanza del emprendimiento, por sus siglas en inglés) revela también que quien conoce a emprendedores tiene el doble de posibilidades de fundar/trabajar en un negocio propio.

El por qué, la causalidad que existe entre el conocer un emprendedor y convertirse en uno, todavía no está muy estudiado. Pero se supone que el espíritu y la emoción que rodea a los emprendedores es infecciosa, viral. El conocer esta emoción y pasión por la vida hace crecer en carne propia el virus del emprendimiento.

¿Por qué es importante esta conclusión? Por una razón muy simple, pero muy poderosa, el día de hoy los gobiernos y las organizaciones privadas gastan trillones de dólares buscando reactivar la economía a través del emprendedurismo y quieren también motivar a la generación de jóvenes ninis que no tienen la oportunidad o el incentivo para encontrar trabajo.

El promover a los emprendedores como líderes sociales y darlos a conocer entre el público en general (particularmente la juventud) puede ser un factor relativamente barato y extremadamente efectivo para contagiar a todos de un virus que, a diferencia de muchos otros, provoca una “enfermedad” rentable y costo-efectiva para la persona y para la sociedad en general.

                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel

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