Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

7 Ene, 2014

Bienvenido a 2014 (Parte II)

Ayer terminé escribiendo que hoy me acercaría a los riesgos que para la situación mexicana percibo, pues quizá usted comparta que a partir de los elementos que cité ayer, la expectativa para nuestra economía no es mala para 2014. Y sí, no lo es, pero como nada es gratis, siempre hay alguna contraparte que debe ser tomada en cuenta. Asimismo, mencionaré algunos de los temas internacionales que llaman mi atención en este año.

Un riesgo importante y muy vinculado a lo doméstico, es el hartazgo. Durante 2013 nos atiborraron de comerciales a favor de las reformas estructurales y no me refiero sólo a las campañas publicitarias (que son malísimas) sino a las declaraciones de todo mundo, empezando por las de los políticos de todos los colores a las que se sumaron las de representantes de todos los sectores y a las que hay que agregar las opiniones de quienes habitamos los rumbos de la economía y la política y tenemos posibilidad de expresar nuestro punto de vista en medios públicos, como este espacio.

Y dada esa sobreexposición que en muchos  casos se convirtió en sobreventa, algo se espera que ocurra… pronto, a riesgo de pérdida de apoyo por parte de quienes lo dieron de manera voluntaria, o no. Otro riesgo local es que el gasto público sea mal administrado, mal asignado,  restándole eficacia y creando malestar en la población ante la sospecha de clientelismo o de corrupción, que  son prácticas harto conocidas en nuestro México. Y más aún, que la creación de déficit fiscal, empiece a convertirse en un riesgo macroeconómico.

No puedo dejar de lado a la violencia derivada del crimen organizado, pero también e igual de preocupante, la que surge de manifestaciones de descontento que no puedan ser conducidas por canales institucionales. Un ejemplo de ello son las protestas del magisterio o la existencia de los llamados grupos de autodefensa, que actúan fuera de la ley. Junto a lo anterior —y con esto abordo los temas externos— no pierdo de vista el riesgo de un menor ritmo de crecimiento al esperado en Estados Unidos o una disminución de las importaciones de este país, sustituidas por producción doméstica que mejore su competitividad a partir del boom de la energía, a partir del gas shale. No olvidar algún desorden en Europa o una caída en los precios del petróleo.

Habrá estar pendiente de la banca comercial de China. Sabemos que ha estado dando crédito de manera no del todo ortodoxa, creando “burbujas” en varios sectores de la economía, como el de bienes raíces que, ahora con una tasa de crecimiento económico menor (7%), tienen una menor posibilidad de recuperación y con ello el riesgo de un impacto en la banca emisora de la deuda con que se financió parte del crecimiento, que se puede juzgar como especulativo. No es nuevo; lo hemos visto en varios países y no veo por qué China sea una excepción, sobre todo cuando no se tiene transparencia en la información.

La política siempre está presente. En 2014 cerca de 40% de la población mundial atravesará por procesos de elección de nuevos gobiernos o legislaturas. India, Indonesia, Colombia, Afganistán estarán en este contexto, y desde luego, Brasil. Ayer en el “entresacado” de esta columna escribí que lo mejor de 2014 será el Mundial de Futbol en ese país y así lo creo. Pero creo que también el evento será una difícil prueba para el gobierno y para todo Brasil, pues no puedo olvidar las manifestaciones de descontento de hace unos meses, cuando la Copa Confederaciones. Los grandes eventos deportivos son un escaparate de varias facetas. Y Brasil estará expuesto en todas.

En Escocia habrá un referéndum en septiembre en el que los ciudadanos se manifestarán sobre continuar como parte del Reino Unido, o no. Creo que este evento, aunque no se le presta mucha atención, es importante ya que de ganar la postura secesionista el impacto puede extenderse hacia otras regiones con posturas similares, como Cataluña, en España, o Quebec, en Canadá. Y en esto de las elecciones, aunque no es una presidencial, en Estados Unidos habrán las de medio término que pienso pueden ser determinantes para el futuro económico de ese país.

Por último, pero no por ello menos importante, mi mejor deseo para que en Siria las cosas cambien, para mejorar. Lo que ocurre en ese país es una desgracia humana. Y algo bueno tendría que ocurrir para devolvernos algo de la dignidad perdida. Suerte.

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