Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

20 Ene, 2014

1984

Ironía digna de un argumento de película futurista: justo cuando están a punto de cumplirse 30 años de que se transmitió el comercial de televisión que anunció al mundo la llegada de las computadoras Macintosh, dirigido por Ridley Scott, un reciente rumor involucró al cineasta británico en un proyecto con Microsoft, el archirrival de Apple.

Todo comenzó —o quizá se atizó— con un tuit desde la cuenta oficial de Production Weekly, publicación especializada en adelantar información sobre proyectos de cine y televisión. El pasado 11 de enero, en una respuesta al periodista Jim Stax Vejvoda, del sitio IGN.com, el semanario reveló que Scott produciría la adaptación fílmica del exitosísimo videojuego Halo, cuyo guión estaría a cargo de Paul Scheuring, creador de la serie televisiva Prison Break.

Tanta belleza no podía ser verdad. Un vocero de Microsoft declaró el pasado martes al sitio Eurogamer.net que no tiene planes para llevar a la pantalla grande la popular saga de juegos de ciencia ficción que le habría quedado como anillo al dedo a Scott, cuya aptitud para el género quedó acreditada desde que dirigió Blade Runner en 1982.

La personalidad rebelde del director, que con el tiempo impuso la versión personal y no la comercial de su obra maestra, también pesó en la decisión que tomó en 1983 la agencia publicitaria Chiat/Day de contratarlo para materializar el anhelo de Steve Jobs de crear un spot televisivo que, literalmente, paralizara a la gente. Así lo recuerda Steve Hayden, uno de los creativos que dieron forma al anuncio inspirado en la novela 1984, de George Orwell.

En As Good as it Gets, un largo testimonio en primera persona publicado hace tres años en el sitio Adweek,
Hayden considera a Scott como el responsable de la grandeza de aquel comercial que fue nombrado por la revista TV Guide como el mejor en la historia de la pantalla chica.

El 22 de enero de 1984, el corto de 60 segundos tomó por sorpresa a los teleespectadores estadunidenses que atestiguaban el tercer cuarto del Súper Tazón XVIII entre los Raiders de Los Ángeles y los Pieles Rojas de Washington. De repente aparecieron cientos de personas sin cabello, marchando como autómatas para atestiguar en una enorme pantalla el discurso grandilocuente de un hombre con gafas negras que representaba al Gran Hermano, símbolo del totalitarismo en el universo orwelliano. Poco después se abrió paso una atleta que arrojó un martillo sobre la pantalla. El anuncio concluyó con la leyenda: “El 24 de enero Apple Computer presentará Macintosh. Y verás por qué 1984 no será como 1984”.

Esta frase, escrita por el redactor Gary Gussick y que apareció en medio de una pila de borradores de Chiat/Day, bastó para inspirar a la creación del spot, cuyo mensaje central, recuerda Hayden, se basaba en la noble idea de democratizar la tecnología, en decirle a la gente que, teniendo su propia computadora, el poder estaría realmente en sus manos.

Sin embargo, el más teatral Jobs encontró útil endilgarle a su entonces rival —IBM— el papel del Big Brother y así lo hizo en la conferencia que ofreció en Hawaii en octubre de 1983. No estaba equivocado: días después, el 10 de noviembre, Microsoft anunció formalmente el lanzamiento de Windows, la interfaz gráfica diseñada para las computadoras IBM. La alianza de ambas marcas terminaría por derrotar abrumadoramente a la Macintosh.

Por esa razón, el fallecido cofundador de Apple seguramente se habría revolcado en su tumba, de haber sido cierta la especie de que Scott produciría la cinta sobre Halo. Y es que ese juego fue diseñado originalmente por la desarrolladora Bungie para correr en las Macintosh y, por ese motivo, Jobs lo presentó con orgullo en la conferencia inaugural de la Macworld de 1999. Sin embargo, al año siguiente Microsoft adquirió a Bungie, convirtiéndola en su filial y fabricando Halo como un producto exclusivo para las consolas Xbox. Mal se habría visto que el artista que hace tres décadas catapultó con su creatividad la marca de la manzana terminara trabajando para el bando contrario.

2014 tampoco es como 1984. En una ironía final, Apple es hoy una poderosa corporación sujeta al escrutinio público, y muestra de ello es que fue obligada a devolver 32.5 millones de dólares por aplicaciones descargadas por niños sin la autorización de sus papás. O lo que es lo mismo, los chiquillos burlándose del Gran Hermano.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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