Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

7 Feb, 2014

Atraer la atención, es menos de la mitad del esfuerzo

Ayer los mercados alrededor del mundo subieron. El S&P 500 lo hizo en 1.2%, el ETF de mercados emergentes que mencioné días atrás (el EMM), en 2.1%, la bolsa de Brasil subió 2.4%, la de Turquía 3.7%. El IPC en México subió 1%. ¿Usted por qué cree que subió el índice del mercado mexicano, por el movimiento global o por el avance de un escalón de la calificación de la deuda soberana mexicana en la escala de Moody’s? Especule al respecto.

No es hacerle la “mala onda” a la mejoría en la calificación que usted conoce y comenté en la Consejería de ayer; trato de evitar malos entendidos. No menosprecio el avance, de ningún modo. Pero trato de evaluarlo. Como escribí ayer, al final veremos en el nivel de la tasa de interés en que se coloca la deuda mexicana en los mercados internacionales, el beneficio real de esta nueva valuación. Cualquier reducción en el costo financiero, es bienvenida.

Lo cierto es que ayer escasearon las notas sobre los mercados emergentes y su inestabilidad en la prensa internacional y en los reportes de corredurías y analistas independientes, esto me hace pensar que —junto con el alza que mencioné en el primer párrafo de esta Consejería— se ha atenuado la preocupación que vimos las semanas recientes.

Supongo que las condiciones de estas economías no han cambiado, pero la baja de mercados y divisas, les puso en el nivel en el que los inversionistas globales se sienten más tranquilos; eventualmente decidirán invertir nuevamente en estos mercados, si no hay nuevos desajustes o evidencias de desastre. Confieso, no estoy seguro si ésta es la manera de expresarlo, pero yo también me siento más tranquilo. Quizá tiene relación con el encabezado que usé en la columna del martes 28 de enero pasado: “Crisis, como tal, no creo que sea el caso”.

Hablaba entonces de la sensación que me causaban las idas y venidas de los emergentes, que a la vez remarqué en la Consejería del martes pasado —el 4 de febrero— cuando hacia el final escribí que técnicamente, las gráficas y los indicadores a partir de ellas se construyen y son instrumento importante de trabajo para mí, sugerían que el soporte no estaba tan lejos; mencioné y suponía 1% más de baja.

En cualquier caso creo que lo ocurrido ha puesto  los ojos de todos a los mercados emergentes. Aunque desde hace un año se hablaba de sus debilidades, pero parecía que no se habían tomado demasiado en serio. Ahora ya no será así y todos estaremos pendientes de su evolución. Ahora sí empezará a tratarse de encontrar las diferencias, virtudes y defectos de cada uno.

Y tal vez aquí es cuando empiece a contar el incremento en la calificación de la deuda mexicana. No por el tono en que habitualmente se maneja —“la confianza en la economía mexicana” y los derivados que surgen a partir de esta expresión—, ni siquiera por lo que la economía se pueda ahorrar en costo financiero, sino porque es un elemento que llama la atención y ojalá se pueda avalar con hechos. Atraer los reflectores y el interés de otros es apenas la mitad del camino, o menos. A partir de ese momento es cuando hay que mostrar lo obtenido… o lo que no se tiene.   

Así, los mercados han dirigido su atención hacia otros temas. El inmediato son los datos de empleo en Estados Unidos, que cuando usted lea estas líneas es probable que ya conozca. La expectativa es que se hayan creado 185,000 puestos de trabajo en enero pasado. Veremos. Desde luego que lo siguiente es especular si ese dato y la tasa de desempleo resultante, afectará la postura de la Fed, etc.

También usted, amigo lector, ya se habrá enterado de la inflación de enero. La encuesta de expectativas de analistas del Sector Privado publicada ayer por Banxico muestra que este grupo —en el que participo— piensa que será de 0.93% en promedio (la “mediana” de la muestra, el valor central de los datos, es 0.96%). Este dato explica de algún modo, la caída en la confianza del consumidor, que comenté ayer.

No deje de ver, disponibilidad de tiempo mediante, los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, Rusia. Además del espectáculo deportivo, el evento es un ejemplo bueno de lo que puede significar atraer la atención y los reflectores… para bien o para mal. Suerte.

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