8.8 millones de empleos en cuatro años, no es poca cosa

Pese a un dato de creación de empleo de Estaos Unidos que resultó menor a lo esperado, los mercados tuvieron un buen día el viernes pasado. En ese país el S&P 500 subió 1.3% y considerando el nivel mínimo del miércoles pasado (cuando los mercados parecieron encontrar un soporte creíble) el alza en los últimos dos días de la semana pasada fue de 3.4%, acercándose a la zona de mil 800 puntos, supongo presentará cierta resistencia.

En efecto, los empleos creados en enero fueron 113 mil cuando se esperaban 185 mil. La tasa de desempleo bajó una décima más, a 6.6%. Es posible los datos no hayan sido considerados malos, es decir  atribuibles a una falta de dinamismo económico producto de alguna decisión de los participantes, sino derivados de las condiciones climáticas que imperaron durante los últimos meses y que sin duda afectan al desempeño de toda la economía.

Vistos así, los datos que se conocieron fueron tratados benévolamente por los mercados. Algo que debemos recordar es que la economía estadunidense perdió entre 2008 y 2009, 8.7 millones de empleos en números redondos, de acuerdo con las cifras del Departamento del Trabajo de su país. En los cuatro años siguientes (2010–2013) crearon 8.8 millones de empleos,  esto implicó la recuperación de lo perdido y algo más.

De este modo, quizá se deben considerar las cifras de empleo de diciembre y enero pasados como algo en el terreno de los accidentes y no en el de las malas decisiones. Visto en la perspectiva de más plazo, el desempeño es algo más que bueno.

Lo anterior me hace pensar que la decisión de la Fed para reducir los estímulos monetarios se mantendrá. La especulación de los montos —y en consecuencia el ritmo— en que lo haga será la que prevalezca en los mercados, aunque creo que cada vez tendrá menos impacto siendo sustituidas por el interés y las reacciones que causen los datos generales de la economía.

Cada quién tendrá que decidir cuál es la trayectoria que piensa puede tener la economía y cómo será evaluada por los mercados, considerando el nivel de las valuaciones. Sí, porque al final lo reflejado por el comportamiento de los precios —en general— es si se piensa que el desempeño esperado de la economía, con las precisiones  que haya qué hacer y las coyunturas por las que se tiene que pasar, es suficiente para justificar un precio, o no. Así es siempre.

En México el mercado también subió en los últimos dos días de la semana pasada, acumulando dos por ciento de miércoles a viernes. El IPC al llegar a 40 mil 525 unidades se colocó nuevamente por arriba de la línea de tendencia alcista que ha marcado desde finales de junio de 2013, cuando inició con mucha volatilidad un ascenso con poca pendiente después de haber tenido una baja de 20% entre los finales de enero y junio de ese año.

Como usted sabe, amigo lector, hace algunas semanas escribí que pensaba en la posibilidad  de que el índice del mercado mexicano podía llegar a la zona de 44 mil puntos en el transcurso del primer trimestre. Ahora, después de lo visto en las semanas recientes y de la posición que ha tomado el índice —que refleja los precios reales de las acciones que le conforman— pienso que algo muy bueno tendría que suceder para que el IPC llegara al nivel mencionado, dentro del plazo establecido.

Hay mucha oferta acumulada en varios niveles arriba de donde ahora se encuentra el IPC, lo que complica el ascenso. La forma de resolver estas condiciones de manera favorable, es la que escribí algunos párrafos atrás, cuando me referí a las valuaciones, las expectativas y la interacción de estas y la percepción de los mercados, es decir, de quienes participamos en ellos.

Y para pensar que es posible un cambio, hay que tener información y señales de ello, que en el caso del mercado y la economía locales, sigo esperando; creo que hay varios más en esa actitud. Sé que hay elementos para pensar que las cosas pueden mejorar, pero tendrán qué aparecer motivos más tangibles y mientras más tarden, el ambiente se deteriora y la credibilidad sufre. No me hace gracia. Suerte.