Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

14 Feb, 2014

Ponte la corbata, vamos al banco

El segundo cumpleaños de una empresa está marcado por un hito muy especial. El haber sobrevivido durante este tiempo puede llegar a tener una recompensa muy atractiva que, para muchos nuevos negocios, es como un oasis en medio del desierto… Un oasis que, a veces, puede parecer un espejismo.

El primer crédito bancario

La mayor parte de las instituciones financieras requieren, como condición sine qua non (o sea, sin ésta ni siquiera vengas a tocar la puerta) que un negocio tenga por lo menos dos años de operación y movimientos bancarios antes de poder ser candidato a un crédito para la micro pequeña o mediana empresa (llámese como se llame en cada una de las instituciones). No, el tener dos años operando no implica un depósito seguro, pero es el primer paso en el camino de las mil millas (o serán mil trámites burocráticos) para poder tener un préstamo del banco.

Seamos sinceros, por más que el gobierno actual esté impulsando fuertemente los créditos para emprendedores, el panorama de crédito para la micro, pequeña y mediana empresa, sobre todo para las empresas que empiezan, es difícil por no decir deprimente. Más seco que el desierto.

La gran mayoría de las empresas empiezan con capital propio de los empresarios o con la ayuda del grupo de las tres “F” (friends, fools and family o amigos, tontos y familiares. Tema que discutimos ya en una columna anterior).

Algunas empresas pueden contar con el apoyo de inversionistas de capital de riesgo, de manera directa o vía un intermediario, o de alguno de los programas públicos. Pero la mayor parte de nosotros empezamos con recursos propios que, eventualmente y con un poco de suerte, no son suficientes para crecer de la manera que un negocio lo requiere. Es por esto que el primer indicio de poder acceder a un crédito bancario es tan atractivo.

Si, los costos financieros son enormes. TIIE (Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio) más dos cifras, pero como todo en el mundo de las finanzas no hay dinero más caro que el que no se tiene. Así es que con todos los riesgos y dolores de cabeza que puede implicar un crédito bancario es una herramienta muy bienvenida.

Para poder acceder al financiamiento bancario es importante hacer las cosas bien y de una manera sistemática y ordenada. Generalmente la institución más probable a extenderte el crédito es aquella en donde tienes una cuenta de operación del negocio.

Para poder empezar el proceso aquí algunos consejos:

1) No des vueltas en vano. Antes de siquiera llegar a pedir el crédito acércate directamente a tu ejecutivo de cuenta para preguntar todos los requerimientos necesarios para empezar el trámite. No te fíes por los requerimientos que están marcados en la página de internet o en folletos promocionales, generalmente no tienen la lista completa. Pregunta el detalle de todos los documentos que se te piden (¿desde cuándo los estados financieros?, ¿qué tipo de aval?) para poderlos llevar completitos al momento de empezar el trámite.

2) Trata de encontrar la mejor opción. Aun cuando estés ávido de dinero para la empresa, sé un consumidor inteligente. Lo que puede implicar paciencia y dedicación de tiempo para obtener (si es posible) mejores tasas o mejores condiciones. Busca también otras opciones de financiamiento bancario (por medio de otras instituciones o diferentes tipos de crédito en la misma) para poder, quizá, obtener una mejor tasa de interés o un plazo más adecuado o un plazo con características (como opciones de repago adelantado) más benéficas. Muy importante: Pregunta todas tus dudas acerca de las características del crédito.

3) No te llenes la boca sin poder masticar. Es muy atractivo pensar que vas a poder acceder a un crédito de dos millones de pesos, pero aun cuando lo puedas conseguir piensa si es lo que realmente necesitas y, más importante, si lo vas a poder repagar. Cuando analices cada crédito no sólo lo veas desde el punto de vista de “cuánto me van a prestar” sino desde la óptica “qué es lo que necesito y cuánto puedo repagar”. Es fundamental que analices el flujo del negocio para saber cuánto es lo que, en la realidad, puedes repagar mes con mes con mes. Recuerda que el primer crédito no sólo es aire para el negocio, también es uno de los primeros pasos para crear un expediente crediticio que le permita al negocio obtener otros créditos y prestaciones en el futuro. No vale la pena arruinarlo por hacer mal las cuentas.

                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel

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