Para tener un alza interesante…

A mediados de octubre pasado estaba en Washington, DC, atendiendo a las reuniones de otoño del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, como acostumbro —salvo impedimento mayor—. Regresé a México el viernes 11 de octubre, porque Paco de Lucía tocaba en México, en el Auditorio Nacional el sábado 12 de octubre. Aunque asistí al concierto en Bellas Artes, una semana antes, tenía claro que a de Lucía, no había que perdérselo, por ningún motivo.

Desde hace algún tiempo —mucho— comprendí que hay algunas personas que cuando nacen son tocadas por los dioses, que les asignan una tarea específica. A Paco de Lucía le dijeron: Tú toca la guitarra, que los demás se ocupen de lo demás. Y lo hizo.

Ayer, al abrir mi iPad para revisar los mercados y enterarme de lo ocurrido en Asia y Europa y conocer los temas con los que arrancarían la jornada los mercados en América, me topé con la noticia —en un flash de este periódico—, que Paco de Lucía había muerto. Y entonces, agradecí a la vida que me hubiera llevado a sus conciertos, los de octubre  pasado y varios más, desde principios de los años 90 del siglo pasado. Los recuerdos son lo que queda cuando se ha olvidado todo. En mis recuerdos siempre estará la guitarra de Paco de Lucía.

A lo profano. Ayer el mercado mexicano se comportó como lo esperado, al menos a lo esperado por mí, como describí en la Consejería que escribí el martes y que usted, amigo lector, pudo leer ayer miércoles. Es decir, siguió bajando. El lado bueno de esta condición es que cada vez estará más cerca del punto en que revertirá la tendencia, si bien aún no se presenta.

Ayer, el IPC bajó hasta los 38,500 puntos, nivel superior del rango que mencioné como posible zona de soporte, así que para los de corazón aguerrido y bolsillo suficiente, puede estarse ubicando en esa región que muchas veces, mirando hacia atrás, decimos que es en la que debimos comprar para obtener rendimientos extraordinarios; lo que quiero decir con ello es “fuera de lo ordinario”. En algunas ocasiones me he topado con ellas y las he aprovechado. En otras no. Pero uno aprende a tomar las buenas con las no tanto y que en el balance, es suficiente estar la mayor parte de las veces en el primer caso, para seguir avanzando.

En cualquier caso, creo que los rendimientos fuera de lo ordinario tomarán algún tiempo, si bien alguien puede pensar que si el mercado mexicano deja de bajar, ya es un buen resultado. Yo no. Mi temperamento me impide conformarme con “el empate”. Y no soy cheerleader por vocación. Merkatum me libre.

Creo que para que a partir de ahora se inicie una trayectoria alcista sobresaliente, se requiere algo que realmente le dé a los mercados un impulso de características que podamos llamar de esa manera; más allá de lo ordinario. Además, como ha ocurrido en los últimos tiempos, es claro que algo así, tiene que venir, además, del exterior.

Sí, porque aunque para algunos pueda resultar extraño que el exterior existe y para otros sea un hecho que “como México no hay dos”, lo cierto es que en una muy buena proporción, lo que ocurre en los mercados financieros domésticos está determinado por lo que pasa en el exterior. Eso es parte de la globalización, en la que presumimos estar inmersos.

Sí, como hace poco escribí —cuando hace unas semanas me ocupaba del tema de los mercados emergentes— el mercado mexicano puede no ser una calca del índice de mercados emergentes de Morgan Stanley, pero los puntos de inflexión son los mismos, o casi. Y por el momento tengo la impresión que no hay algo que esté generando una situación que tenga al planeta angustiado realmente y que cuando se alcance alguna solución defina una trayectoria que nos salve —o nos condene— a todos.

De tal suerte que ahora, para poder destacar, para ser ese mercado en el que todos quieren invertir, para ser el “niño del póster”, requerimos de un esfuerzo interno realmente serio, importante y duradero. Algo así es por lo que he estado esperando por algún tiempo, supongo que igual que usted, amigo lector. Ojalá surjan evidencias de algo así, pronto. Si hay un evento internacional que ayude, bienvenido.