Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

14 Mar, 2014

El espíritu emprendedor

¿Todos podemos ser emprendedores? Ésta es una de las preguntas más comunes que, aquellos que hemos emprendido un negocio, escuchamos. Como si emprender uno o varios negocios te hiciera experto en la materia.

La respuesta, sin rodeos ni aspavientos es: no.

Esta respuesta parecería una agresión al sistema educativo y económico actual. Desde hace algunos años se considera el emprendedurismo como la piedra filosofal del sigo XXI, aquello que mágicamente y para todo el que la toque, transforma la pobreza en riqueza.

En las escuelas preparatorias (incluso en las primarias) los planes de estudio han cambiado para “educar emprendedores” (sea lo que sea que eso signifique) y el eje de muchos programas de gobierno, en México y en el mundo, tiene que ver con esta receta mágica. Como si éste fuera el único camino del éxito.

Pero aterrizando en la realidad, en esa “real realidad” en la cual no existen piedras filosofales, el emprendedurismo no es ni todo ni es para todos.

Hay gente que no está cortada con la tijera que lo hace ser un empresario independiente exitoso, no todos tienen el carácter o los conocimientos o las ideas para iniciar un negocio o simplemente, no quieren elegir ese camino.

Educar a una generación entera pregonando que el único camino del éxito es “tener una idea brillante y abrir tu propio negocio” es falso y es peligroso.

Porque le resta importancia y emoción a todos aquellos que encuentran su camino y el éxito dentro de empresas ya establecidas.

Y minimiza el impacto que el verdadero emprendedurismo puede tener en la vida de todos, independientemente del camino profesional que elijas.

Dicho de otra forma: el no ser emprendedor, no quiere decir NO ser emprendedor.

En inglés se usa la palabra “interpreneurship” (algo así como emprendedurismo interno). El poder tener la lujuria del emprendimiento aun dentro de diferentes áreas o caminos profesionales.

Ser un empleado emprendedor, ser un profesionista emprendedor, ser un padre/madre de familia emprendedor, ser un trabajador social emprendedor.

El emprendedurismo no es lo que haces sino como lo haces.

¿Cómo ser emprendedor no importa qué trabajo elijas? Aquí un par de consejos:

1. Elige un trabajo, o una actividad, que te apasione… o aprende a que te apasione.

Es falso pensar que todo lo que hacemos en la vida tiene que ser por amor a primera vista.

Hay cosas que hacemos por que las tenemos que hacer, no hay vuelta de hoja. Pero, incluso, estas actividades o responsabilidades las podemos aprender a amar con emoción.

Entiende la diferencia que tu trabajo hace en la vida de los demás y procura realizarlo de una manera que sí genere una diferencia.

2. Enfatiza la calidad y el profesionalismo en todo lo que haces.

No importa lo que sea. Conoce bien las bases. Conoce bien los procedimientos. Capacítate.

Para ser innovador tienes, primero que nada, conocer perfectamente bien las bases y las entrañas de todo lo que haces.

3. Busca el camino diferente.

No importa cuán repetitivo, poco imaginativo o “aburrido” sientes que sea el trabajo que haces, siempre hay una manera de innovar y hacer las cosas diferentes. Sé proactivo y busca esa manera y compártela con la gente con la que trabajas.

Aun si no es directamente en el trabajo que realizas, puedes encontrar maneras de innovar en todos los procesos que rodean el trabajo que haces o las relaciones que tienes dentro de tu ambiente laboral.

Si crees que algo puede mejorar, dilo y hazlo.

Nunca te conformes con “las cosas así se hacen porque siempre se han hecho así”.

                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube