Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

28 Mar, 2014

Los emergentes y las emergencias rusas

En la Consejería que usted pudo leer ayer, terminé escribiendo que esperaba que el conflicto entre Rusia y Ucrania no se viera agravado por la causa que fuera, más allá de lo que esto le afecta a los mercados emergentes. Y ayer jueves leí una declaración del Presidente de Estados Unidos que advertía que las sanciones que este país ha impuesto a Rusia podían incrementarse, “… a menos que Rusia altere su curso”.

Sin saber qué significa la expresión anterior, me parece que si fue dicha por Barack Obama no es algo trivial, así que me veo en la necesidad de especular al respecto, pues el conflicto Rusia–Ucrania ya alcanzó a otras esferas y provocado la acción de otros países, tan importantes como los que integran al Grupo de los Siete.

Lo que hizo Rusia respecto de la península de Crimea fue un acto de anexión, a partir de un referéndum en donde la mayor parte de la sociedad de esa región votó a favor de esa acción. Confieso mi ignorancia acerca de la validez o no de ese acto, en términos del Derecho Internacional, pero la impresión que tengo es que el resultado de la votación no presentó oposición al avance territorial de Rusia.

Y quizá eso es a lo que refiere la postura de Obama. Si fuera así, entonces habrá que estar pendientes de lo que pase con la actitud rusa en este sentido y no sobre lo que pase en Crimea, pues me temo que lo hecho, hecho está. De tal modo, la presión que se trata de ejercer sobre Rusia es para que no continúe con su actividad expansionista y se pueda volver una amenaza real para Estados Unidos, que desde la caída del socialismo soviético se erigió como la cabeza de un mundo unipolar, con todo lo que ello significa en el balance del poder.

Así, ayer también escribí al final de la columna que pienso que las cosas tenderán a “normalizarse”, lo que en el contexto de lo que he escrito en los párrafos anteriores supone que si no hay más acciones rusas para anexarse otros territorios que antes formaron parte de la Unión Soviética —y los hay en los que no encontraría demasiada oposición, como es el caso de Moldavia, país vecino de Ucrania y Rumania (por el mismo rumbo que Crimea)— las tensiones que conocemos tenderían a reducirse.

Y me atrevo a pensar que así será. No dudo que Rusia tenga ganas de expandir su territorio y con ello su poderío político y económico —más el primero que el segundo—, pero creo que como en todo, estas cuestiones de la política internacional, tienen su ritmo y sus tiempos. Y la “jugada” de Rusia –Crimea ya se llevó a cabo, ya se conoce el resultado y tomará algún tiempo en que se dé un siguiente paso, si es el caso. Antes de eso, habrá presiones de ida y vuelta, posturas duras y después otras más conciliatorias, sin que eso signifique que Rusia se va a retractar de lo que ya consiguió.

Para los mercados emergentes —incluido el nuestro— creo que se abre un espacio para alguna mejoría, así que no me extrañaría ver alzas durante el próximo trimestre, de tal manera que mi pronóstico de inicios del año (44,000 puntos del IPC) se trasladarían hacia esa época del año. Veremos.

Aún falta tiempo y distancia, además de los eventos necesarios. Pero si los emergentes no tienen situaciones que agraven sus condiciones de riesgo, como los temas de conflictos internacionales, quizá el IPC mexicano pueda continuar su avance. Como usted sabe, lo seguiré de cerca.

Le sugiero, amigo lector, que no pierda de vista a los mercados emergentes pues como he tratado de establecer, una buena parte de lo que ocurre en su tendencia general, se refleja en el nuestro sin perder de vista lo que ocurre en los mercados de Estados Unidos y los temas locales, en ese orden. En relación a esto último, los resultados corporativos, están por empezar a aparecer y tengo la impresión que las valuaciones a partir de ellos no van a mejorar, así que hay que verlos con cuidado.

Y por favor, si el mercado mexicano continúa subiendo hasta donde llegue en el corto plazo (el próximo trimestre), no deje de ver a los otros emergentes y no se deje sorprender por el asunto de las reformas, que sin hacerlas menos, no están listas para aportar valor, al menos no todavía. Suerte.

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