A 40 años del Fonatur, ¿cómo recuperar su gloria pasada?

CIUDAD DE MÉXICO.- Recientemente, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) celebró 40 años de existencia y es innegable que a lo largo de su historia ha sido un instrumento gubernamental de suma importancia para detonar el sector turístico nacional. Fonatur fue el planificador y constructor de importantes polos de desarrollo bajo un esquema de “Centros Integralmente Planificados” (CIPs), como fue el caso de Cancún, Ixtapa, Los Cabos, Loreto, Huatulco, Nayarit (en el corredor Turístico Bahía de Banderas-Compostela) y el último, que no ha logrado su concertación, en Playa Espíritu, Sinaloa. Los primeros cinco CIPs mencionados iniciaron su construcción entre los años setenta y ochenta, y fue hasta 2006 que se retomaron este tipo de proyectos de gran escala con el CIP de Nayarit. 

Si nos quedamos con lo que fue el Fonatur no cabría duda que hoy por hoy es una de las empresas paraestatales más importantes que tiene el Gobierno, sin embargo, este Fondo se perdió en la grandeza de su pasado. En días recientes el Director General del Fonatur reconoció que la entidad atraviesa por una severa crisis de flujos de efectivo y de sobreendeudamiento bancario cuyo monto asciende a 4,460 millones de pesos. Esta situación se agrava si consideramos que anualmente tiene que pagar 732 millones de pesos por el servicio de la deuda y amortización de capital, mientras que sus ingresos ascendieron en 2013 a 227 millones de pesos. Cabe señalar que con base en el estado de flujos de efectivo del Fonatur, (publicados en el Presupuesto de Egresos de la Federación) para el ejercicio 2014 el gasto corriente del Fondo ascendería a 1,138 millones de pesos y para compensar este déficit, el gobierno federal le aportaría 2,562 millones de pesos.

La pregunta es ¿por qué financieramente es tan inviable la operación del Fonatur? La respuesta viene por distintas aristas. Una puede ser la contracción en la demanda de terrenos turísticos propiedad de Fonatur como consecuencia de la crisis de 2008-2009, argumento esgrimido por el director general de la institución. No obstante, esta explicación puede no ser tan válida si consideramos que el PIB de los servicios de alojamiento temporal (variable relacionada para medir el crecimiento del sector turístico) creció 25% en términos reales de 2009 a 2013. Otra explicación puede dirigirse más hacía el interior de la estructura del Fondo, es decir, el problema de sus subsidiarias.

Fonatur es el inversionista mayoritario de cuatro empresas subsidiarias: Constructora, Mantenimiento Turístico, Operadora Portuaria y Prestadora de Servicios. Cada una realiza funciones específicas y posee objetivos particulares, que sin ahondar mucho en detalle al no ser el objeto del presente artículo, llegan a poner en duda si una empresa pública debe realizarlas.

Las cuatro empresas son deficitarias. Al cierre de 2013, el saldo del resultado de ejercicios anteriores arrojó las siguientes pérdidas: Constructora, 995 millones de pesos; Mantenimiento Turístico, 59 millones de pesos; Operadora Portuaria, 108 millones de pesos y; Prestadora de Servicios, 20 millones de pesos (dato de 2012). Cabe mencionar que cada año el Fondo tiene que capitalizar a sus subsidiarias para compensar, tanto la pérdida acumulada de ejercicios anteriores, como las pérdidas que en los ejercicios corrientes se generen.

Constructora además presenta un fuerte problema de endeudamiento ya que sus pasivos representan 3.3 veces sus activos. Pero, más allá de lo financiero, el principal problema que enfrenta es que para buena parte de las actividades que realiza, subcontrata a terceros privados para que las efectúen, es decir, en el proceso de ejecución de una obra, Fonatur bien podría directamente contratar a un privado en vez de utilizar a un intermediario inoperante como lo es Constructora.

Mantenimiento Turístico presta servicios de mantenimiento general en infraestructura pública que van desde bacheo de vialidades, jardinería en los CIP, hasta la operación de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales. Para esto cuenta con una plantilla de poco más de 1,000 empleados, sin embargo, la operación de esta empresa tampoco es financieramente viable. Si bien esta empresa no abusa de la subcontratación de privados para ejecutar su trabajo, la pregunta de política pública que surge es si existen razones para que el Gobierno tenga una empresa deficitaria que prestar servicios que la iniciativa privada ofrece.

Operadora Portuaria tiene a su cargo un hibrido de responsabilidades. Por una parte, opera bienes públicos que justifican su existencia como son los puertos de Cabo San Lucas e Ixtapa y los recintos portuarios de las Bahías de Huatulco. Pero por la otra, lleva la operación de tres hoteles bajo la marca “Desert Inn” en los estados de Baja California Norte y Sur, tres campos de Golf y opera ocho gasolineras ubicadas en marinas propiedad de Fonatur. En este caso la pregunta es ¿debe el gobierno ser dueño y operar hoteles, campos de golf y gasolineras?

Por último, Fonatur Prestadora de Servicios es una empresa sin estructura, deficitaria y que existe únicamente porque es la propietaria del “Hotel Desert Inn Loreto”.

A manera de conclusión, es innegable que Fonatur debe recuperar las glorias de su pasado, participar de manera activa en la consolidación de México como uno de los principales destinos turísticos a nivel mundial, explorar y apoyar el desarrollo de nuevos polos de atracción turística, expandirse a otros tipos de turismo que no sean exclusivamente destinos de playa, etc. Debe replantear su objeto pero sobre todo debe dejar de participar en actividades en las que el gobierno ha demostrado no ser eficiente y donde los costos sobrepasan por mucho los beneficios que generan. Fonatur debe reducir su estructura y enfocarse a ser el planificador del sector turístico que el país necesita.

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