Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

19 May, 2014

Preocupa la evolución de la economía mexicana, pero los signos no marcan recesión

La semana que concluyó inició con declaraciones de los voceros empresariales más significativos en México: el presidente de la Coparmex, Juan Pablo Castañón, y el del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, que urgieron, ante la debilidad económica del país, a que se aprobaran las leyes secundarias pendientes en las dos cámaras federales; a saber, la Reforma Política, Energética y de Telecomunicaciones. Se trata, insistieron, de lograr que esas incidan en la economía a partir de 2015.

“La economía pasa por un momento de debilidad y expectativas disminuidas, a lo que hay que responder con una inyección de confianza de que las reformas secundarias no quedarán minimizadas, distorsionadas o, mucho menos, aplazadas”, sostuvieron.

“No son promesas”, insistió Gutiérrez Candiani, sino motores de transformación y crecimiento en marcha; realidades que están tomando fuerza para producir beneficios.

A su vez, para el dirigente del sector patronal, lo más importante de los periodos extraordinarios de las cámaras del Congreso de la Unión es que la reglamentación secundaria cumpla el objetivo de impulsar la economía.

“Se debe priorizar el beneficio de la nación. Estos no son tiempos para pensar en costos electorales, pues se requieren empleos. El país requiere una reglamentación secundaria moderna que promueva el desarrollo con equidad. La Reforma Energética puede convertirse en una oportunidad de desarrollo para todos los mexicanos.”

“Estos objetivos son alcanzables si los legisladores se enfocan en generar mejores condiciones de competencia en el mercado; promover y coordinar el acceso y compartición a derechos de vía e infraestructura pública y fomento a la inversión, dando certidumbre jurídica a la misma y a todos los operadores”, enfatizó el dirigente patronal.

Preocupaba a los líderes empresariales la reciente encuesta económica, de que la economía creció 1.9% en el primer trimestre, por lo cual parecería ser que el PIB por habitante estaría estancado.

Por su parte, la Junta de Gobierno del Banco de México advirtió riesgos de decepción y volatilidad en la economía si las reformas constitucionales de 2013 no se instrumentan por el camino correcto para anclar el contenido de las leyes secundarias en proceso de negociarse en las cámaras legislativas federales.

Se observa que, si bien el PIB no ha caído, se siguen creando empleos en México y los signos no marcan recesión. “Pero las autoridades no han logrado estimular le economía”, coincidieron recientemente los catedráticos del ITAM, ITESM  y CIDE, no obstante las señales que ha arrojado el INEGI desde julio de 2012, cuando los indicadores coincidentes cayeron en la fase recesiva del ciclo económico.”

El sistema de Indicadores Cíclicos del INEGI está integrado por el índice “coincidente” y “adelantado”, y, a febrero, el coincidente se ubicó por debajo de su tendencia de largo plazo de 100 puntos, al registrar un valor de 99.77 puntos, esto es, 0.4 puntos de caída respecto del nivel del mes previo, con lo que acumula 23 meses consecutivos de baja.

Sin embargo, el PIB no ha caído, y tampoco lo han hecho dos de los tres indicadores característicos de una recesión, que son la creación de empleos y la inversión en maquinaria y equipos, precisó el director de Políticas Públicas del ITAM. De hecho, la producción industrial dio marcadas señales de reactivación económica; igual ocurrió con las manufacturas.

Adicionalmente, la producción y exportación de autos ha seguido creciendo fuertemente y se perfilan para conquistar el mercado asiático. Y, en cuanto al mercado mexicano, las aseguradoras Banorte Generali, AXA, y Qualitas reportaron crecimiento de 4.9% en los seguros de autos, con respecto al primer trimestre de 2013.

El sector de la construcción es el tercer elemento típico de una recesión, que se encuentra en contracción desde hace más de nueve meses; pero eso se debe a una “crisis del segmento por un mal manejo administrativo de las empresas quebradas y de políticas públicas mal diseñadas, que poco tienen que ver con el deterioro de la economía.” Se debió a la construcción de viviendas en lugares lejanos que no satisfacieron a los compradores, lo que los obligó a abandonar sus viviendas, y a las autoridades a cambiar la política para orientar la construcción de viviendas en zonas cercanas a la disponibilidad de servicios urbanos.

(*) Presidente de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, A.C.

@acanovelez

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