Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

14 Jul, 2014

Cada quien rema su propia canoa

Ahora que escribo no es lunes; ni siquiera es domingo por la tarde. Es la noche, noche del sábado 12 de julio, así que no sé quién ganó el Mundial. Cuando usted, amigo lector, lea esta columna, ya sabremos el resultado del último partido del torneo. Ignoro cuál haya sido su favorito, pero en mi caso, era México, como lo expresé en la Consejería del lunes 30 de junio pasado.

Ya sé que no ganamos el Mundial ni jugamos el quinto partido, que en realidad me parece poca cosa, pues creo que estamos para más. Y no sólo en el fut. Pero no quedé con la sensación de fracaso que he tenido en otras ocasiones respecto de la actuación de la Selección Nacional. No sé exactamente por qué, pero espero que sea un buen augurio; yo así lo siento.

Gran cosa esto de los mundiales de fut. Creo que, entre otras cosas, por eso son cada cuatro años. Para que hagan diferencia y nos permitan abrir un espacio de recreo en nuestras vidas, al menos de los que, estando involucrados en diversas tareas, gustamos del futbol como parte de nuestras vidas. Este fue un Mundial de sorpresas y de grandes porteros, más todo lo que usted piense, si es aficionado a estos temas. Le espero en el próximo, por supuesto.

A otra cosa. Para todo fin práctico, el viernes pasado desapareció del “radar” de los mercados el tema del Banco Espírito Santo, de Portugal, que fue uno de los “sabores de la semana” pasada. Lo anterior confirma mi apreciación de haber sido un evento coyuntural, sin que esto le reste importancia. Asimismo —como también escribí—, su valor está en recordarnos que el tema de la banca europea es uno de los que sí pueden cambiar la forma en que opera la economía global, para mal, si no se le presta atención de manera eficaz y pronta.

Es por eso que en mi trabajo cotidiano, y especialmente en las sesiones de análisis, insisto en que hay que darle el peso adecuado a las situaciones que se nos presentan, pues independientemente de su cantidad y variedad, cuando aparecen y son amplificadas por los medios de comunicación —y si son los globales, más aún—, parecen ser definitorias y definitivas. Nada más lejano a la realidad.

Claro que no es fácil tomar distancia del hecho en el momento que sucede, pero hay que hacerlo, pues de otra forma uno tiene como elemento clave de la estrategia el sobresalto, que no es el mejor insumo para esta tarea. Y una de las primeras acciones para la “tomar de distancia”, es tener información “dura”; datos.

Por ejemplo, saber el tamaño real del Banco Espírito Santo en la operación financiera de Europa. O la dimensión de la economía portuguesa en relación a la de la eurozona y en lo que un desorden financiero de uno de sus bancos puede afectar al resto del mundo. Lo digo así, pues en varios momentos de la semana pasada se dijo que los mercados bajaban por el asunto del banco portugués. Como decimos por nuestro rumbo, hay que saber “qué tanto es tantito”.

Durante la semana que hoy empieza los reportes corporativos en Estados Unidos empezarán a tomar forma en cuanto a su cantidad y por el peso de las empresas que reportarán. Varios nombres del sector de tecnología y otros tantos en el ámbito financiero mostrarán sus cifras del segundo trimestre de este año, lo que, pienso, será la guía de los mercados. Espero que sea una buena guía.

Por lo pronto, y como escribí en la Consejería del viernes pasado, no tengo motivos para cambiar mi posición respecto del mercado. Sigo pensando que la trayectoria alcista permanece y, por lo tanto, las bajas son oportunidades de compra. No desconozco la posibilidad de una baja mayor, pero creo que antes de algo así veremos un repunte que dará la posibilidad de realizar —hacer real— el rendimiento que se tiene cuando uno toma riesgo.

Cada quien tiene su propia medida del riesgo y qué bueno. La cosa es actuar en con secuencia. Hace unos días alguien muy experimentado y activo profesional en el mercado mexicano me dijo que desde hace mil puntos estaba siendo más precavido. Y me parece muy respetable y habrá que escuchar posturas como esta. Pero, como dije, al menos hasta hoy, soy un tanto menos “precavido” que el personaje mencionado. Suerte.

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