Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

6 Feb, 2015

Equipos remotos

Uno de los retos más importantes que enfrentan los pequeños negocios de la era moderna (es más, los negocios de todos los tamaños) es la administración del personal que trabaja de manera remota, ya sea completamente o que tiene un esquema de trabajo flexible, una parte del tiempo en la oficina y una parte en home office.

Lo mismo pasa en el manejo de personal que no es propiamente empleado por la empresa, pero cuyo trabajo es tan importante para el desarrollo de la misma que es como si lo fuera (piensa en el diseñador gráfico que no es empleado de la empresa, pero cuyo trabajo es fundamental para las presentaciones de los clientes).

En el mundo de hoy, ya no es momento de cuestionarse si es ideal tener o no trabajadores remotos. Esa discusión ya está discutida (valga la redundancia).

Por temas financieros, geográficos y operativos la existencia de, cada vez más, empleados o personal de importancia que no trabaja entre las mismas cuatro paredes es una realidad ineludible.

La pregunta para los administradores, los responsables de la toma de decisiones y de la entrega de resultados, es cómo administrar a estos empleados para poder tener la mayor productividad con el menor número de problemas relacionados a la distancia.

He aquí algunas recomendaciones: 1) ¿Estás tú listo? Puede parecer una pregunta redundante, pero contratar personal remoto implica un reto no sólo para el personal que es contratado sino también para el administrador/dueño de la empresa. Aun cuando es la tendencia hoy en día no lo debes hacer porque “todos lo están haciendo”.

Plantéate claramente los pros y los contras de este tipo de empleados, para que puedas estar consciente de los beneficios que van a traer a tu empresa pero, también de los cambios y retos que implica.

Tienes que entender, como jefe, que debes cambiar la mentalidad de microadministración (y estar pendiente de cada detalle o de la mayoría de ellos) por el de la administración por objetivos.

2) Contrata al personal correcto. Cuando contratas a un empleado tradicional tienes que vigilar que tenga los conocimientos teóricos y la motivación necesaria.

 Cuando contratas a alguien para trabajar de manera remota, además, tienes que vigilar que tenga la disciplina y los medios para trabajar de manera remota.

Una persona que ya lo ha hecho antes, con éxito, es un candidato ideal; pero si es una persona que trabajará remotamente por primera vez debes permanecer muy pendiente y preguntarle sobre la logística que utilizará para cumplir con sus responsabilidades. De ser posible conócel@ cara a cara antes de contratarl@ .

3) Los límites tienen que estar más claros. Una de las ventajas de trabajar en el mismo espacio físico es que la comunicación es más inmediata y existe una mejor autodisciplina. Para los trabajadores remotos debes ser clarísimo (¡para que no existan malos entendidos ni suposiciones!) sobre las expectativas que se tienen en cuestión de entregas, responsabilidades, horas de trabajo, disponibilidad en diferentes horarios, asistencia esporádica… Sé claro, contundente y puntual en los límites que determines.

4) Establece un enlace. Todo trabajador remoto debe tener un contacto dentro de la oficina (ya seas tú o alguien más) con quien pueda ponerse en contacto 24/7 en caso de tener alguna duda sobre el trabajo.

5) Establece contacto cara a cara. Agenda, de antemano, juntas periódicas ya sea presenciales, vía Skype o contar con algún programa de reuniones remotas, ya sea uno a uno y/o con todo el equipo de trabajo, acción que te permitirá poder alinear intereses, resolver malos entendidos y encontrar metas comunes.

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