Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

16 Feb, 2015

Photoshop

Erudito en ingeniería nuclear y radiación, el doctor Glenn Frederick Knoll habría cumplido 80 años en agosto próximo. Su muerte, el 20 de abril de 2014,  truncó una brillante carrera de contribuciones a la medicina, la exploración petrolífera, la ecología y la seguridad nacional en Estados Unidos.

La semblanza que de él hace la Universidad de Michigan, de la que fue profesor emérito, destaca su participación en los institutos de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (IEEE, por sus siglas en inglés) y en la American Nuclear Society, así como su influencia global por colaborar con la Agencia Internacional de Energía Atómica. Fue, además, autor del clásico Radiation Detection and Measurement, libro de texto obligado en facultades de ciencias de varios países desde su primera edición en 1979.

En el homenaje que realizó la casa de estudios el pasado 9 de junio, colegas y alumnos lo recordaron también como un ser humano íntegro, capaz de entender todo, dotado de un gran sentido del humor y espíritu competitivo, a quien le fascinaba viajar por el mundo, cantar en clubes y manejar motocicleta. Su pasión por los deportes y el juego  abarcó  la esgrima, el softball, el raquetbol y el pókar.  A todo ello se debe añadir su vocación magisterial, de la que se beneficiaron generaciones de innovadores.

Extraña que este hombre del Renacimiento —llamado así en la ceremonia— no tenga siquiera su propia ficha biográfica en Wikipedia, como sí la hay de dos de sus hijos, Thomas y John Knoll, de quienes se puede decir, con cierta cursilería, que constituyen el mayor de sus legados. Thomas, quien también estudió ingeniería en Michigan, recordó durante aquel tributo dos de los pasatiempos de su padre que tendrían impacto en su futuro: la programación por computadora y la fotografía.

Tom Hormby, un historiador independiente especializado en todo lo relacionado con Apple, recuerda en un texto disponible en el sitio Low End Mac que los Knoll fueron entusiastas usuarios de la Apple II y la Macintosh de 1984.  John, quien de niño se encargaba de revelar en un cuarto oscuro del sótano las fotografías que tomaba su papá, se enamoró de la interfase gráfica de aquellas máquinas pioneras y, por ello, decidió estudiar en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad Estatal de California. Hoy es un gurú de los efectos visuales, que presume haber trabajado con James Cameron y Guillermo del Toro.

Thomas también se convirtió en feligrés del culto a Cupertino, aunque en los años 80, en los que hacía su doctorado, vio que la flamante Macintosh Plus que adquirió no podía procesar imágenes en color o en escala de grises, tema de su tesis sobre digitalización. La necesidad lo obligó a crear un software elemental al que llamó Display, que contenía ya herramientas básicas para balancear contraste e iluminación de dibujos y fotografías (artes que, por cierto, también aprendió en el laboratorio fotográfico casero de su papá). El lector joven de hoy debe hacer un esfuerzo para construir en su mente imágenes toscas y borrosas en pantallas blanco y negro o monocromática en tono verde, a las que hoy llamaríamos “excesivamente pixeleadas”, pero que hace 30 años constituían la mayor calidad de definición técnicamente posible. 

Por aquella época John trabajaba en Industrial Light and Magic, fundada por el cineasta George Lucas, y desde ahí apoyó a su hermano para diseñar todo un programa de edición de archivos gráficos.  En 1988, Thomas Knoll creó una actualización llamada ImagePro, a la que debió cambiar de nombre por ser ya una marca registrada, bautizándola finalmente como Photoshop (“taller de fotografía”) cuando vendió su uso a una fabricante de escáneres.

La historia cambió en septiembre de aquel año, cuando Thomas conoció a Russell Preston Brown, director del departamento creativo de la firma californiana Adobe, quien no sólo apadrinó la creación de los hermanos Knoll —pues se acoplaba perfectamente con su programa Ilustrator—, sino que, desde entonces, es  su principal impulsor (para enseñar cómo sacarle jugo, Brown creó una serie de videos tutoriales divertidos al estilo de El mundo de Beakman, por los que ganó un Emmy en 2008).

Adobe Photoshop fue lanzada para su uso en la Macintosh el 19 de febrero de 1990, en la época en la que Steve Jobs estaba fuera de Apple; el éxito del programa de retoque digital fue esencial para que las computadoras de esta marca sobrevivieran al dominio de las PC, aun cuando también se escribió una versión para Windows.

A punto de cumplirse un cuarto de siglo del lanzamiento de su magistral creación, el clan de los Knoll podrá presumir también haber aportado una nueva palabra al léxico mundial:  “photoshopear”, sinónimo de dos verbos de naturaleza tan disímbola como son embellecer y manipular.

*marco.gonsen@gimm.com.mx

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