CIUDAD DE MÉXICO.- El envejecimiento es inevitable. Nadie, ni nada puede detenerlo.
Sin embargo es conveniente considerar que los genes componen sólo 30% del total del proceso de envejecimiento de una persona. El resto depende del tipo de vida que lleves.
Existen formas prácticas y sencillas que pueden ayudarte a mantenerte activo y seguir sintiéndote joven.
Por ello, aquí te compartimos siete hábitos para sentirte saludable a pesar de la edad, por más avanzada que esta sea.
1.- Tener una actitud positiva.
Numerosos estudios hablan de cómo en la vejez, la actitud o expectativas que se tengan hacia ella son un factor decisivo que influye de manera importante en aspectos clave como la salud, longevidad, nivel de preocupaciones y capacidad de memoria.
Por ejemplo, cuando a las personas mayores se les ofrece información negativa sobre la vejez y posteriormente se les aplica una tarea de memoria obtienen un menor rendimiento que si se les ofrece información positiva.
Así, se ha demostrado que adultos de edad intermedia tienen una peor ejecución en tests de memoria cuando se les informa que su rendimiento será comparado con personas de edad avanzada en contraste a cuando se les dice que será comparado con jóvenes, obteniendo en este caso un mayor rendimiento. Esto refleja cómo ya en la transición a la vejez, las ideas negativas que se tienen sobre la edad avanzada se van interiorizando.
2.- Cuidar lo que comas.
La alimentación es mucho más importante que la genética a la hora de vivir muchos años. Una dieta sana y equilibrada te aportará los antioxidantes necesarios, como es el caso de consumir omega-3
"Los últimos estudios muestran que una dieta baja en triglicéridos y alta en frutas y verduras frescas, granos, y proteína magra es la más sana" dijo al sitio
Real Simple el Dr. Jeffrey Benabio, fisiatra en el Kaiser Permanente Primary Care.
Comer pescado dos veces a la semana y reducir el consumo de sal, también ayuda a evitar ataques del corazón, de acuerdo con la Escuela de Medicina de Harvard.
Además, alimentos como salmón y nueces pueden ayudar a la protección de la piel al generar aceites naturales que la hacen ver más joven.
3.- Y cuidar cuánto comes.
Comer de más puede reducir la esperanza de vida, provocar enfermedades cardiovasculares, y diabetes tipo 2.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés), para envejecer de buena forma e incluso vivir más, es mejor tener una dieta balanceada que consista en aproximadamente dos tazas y media de vegetales, una taza y media de fruta, 180 gramos de granos, tres tazas de lácteos y 150 gramos de proteína por día.
4.- Ejercitarse regularmente.
Mantenerse activo es clave para sobrellevar el paso de los años.
Según Fabio Comana, de la National Academy of Sports Medicine, a medida que pasan los años el músculo se pierde más rápidamente, pero el ejercicio (en especial trabajos de resistencia) puede aumentar la masa muscular y la fuerza, incluso pasados los 90 años de edad.
Mantenerse en forma también puede disminuir la pérdida de memoria asociada al envejecimiento, según un estudio publicado en Frontiers of Ageing Neuroscience.
El ejercicio físico fortalece el hipocampo, la zona cerebral asociada al aprendizaje, y esto puede disminuir el riesgo de contraer enfermedades como Alzheimer.
Además el sudar permite que el cuerpo exfolie las bacterias ocultas en los poros, lo que ayuda también a tener una piel sana y rejuvenecida.
5.- Seguir con la vida social.
Una investigación publicada por el PLoS Medicine revela que quienes mantienen lazos emocionales fuertes han mostrado tener 50% mayor probabilidad de vivir más tiempo que aquellos con relaciones débiles.
6.- Proteger la piel del sol.
No sólo la piel envejece prematuramente cuando recibe un exceso de rayos ultravioletas o entra en contacto con sustancias tóxicas. En su combate contra los daños producidos, el cuerpo genera radicales libres y es necesario acelerar la división celular, lo que provoca arrugas e incluso cáncer.
7.- Dormir lo suficiente.
No dormir el tiempo necesario se vincula con un envejecimiento prematuro de la piel y se convierte en otro de los hábitos que provocan arrugas, dado que mientras se duerme se libera una hormona que estimula la producción y renovación de colágeno, especialmente en la piel del rostro.
El público en general es consciente de que se debe dormir entre siete y nueve horas por noche, pero también debe ser consciente de que dormir poco puede significar más riesgo de contraer enfermedades coronarias, obesidad y diabetes.
Además, dormir siestas puede contribuir a la memoria y compensar por noches de poco sueño.
kgb
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