Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

15 Oct, 2015

¿Hacia dónde vamos? ¿Si alguien lo supiere, podría decírnoslo?

No recuerdo una época como ésta, en la cual la desconfianza de la sociedad hacia la autoridad hubiera sido de la magnitud que alcanza hoy en día; de la misma manera, es difícil encontrar un sexenio donde, los compromisos y promesas hechos por el candidato triunfador durante su campaña, hubieran quedado, tan pronto, en el olvido total.

De la misma manera, me cuesta trabajo dar los nombres de algún presidente y sus principales funcionarios en los últimos 45 años, que hubiesen demostrado tanta ligereza y superficialidad en la gobernación y sobre todo, tal desprecio hacia el sentir ciudadano y soberbia en el trato, como los actuales.

También, para complicar las cosas –si esto pudiere ser posible–, no recuerdo un equipo con un nivel de incapacidad para entender la gravedad de los problemas enfrentados, y temor de enfrentarlos y diseñar soluciones, como el exhibido por el actual en estos casi tres años.

Como consecuencia de lo anterior, y de otros elementos que usted pudiere agregar, la confusión reinante entre nosotros acerca del rumbo del país y del futuro que nos espera –de seguir con la gobernación padecida durante este gobierno–, alcanza ya niveles que amenazan la gobernabilidad.

¿Quién podría hoy asegurar, que sabe hacia dónde vamos? ¿Quién se atrevería a afirmar, que a golpe de dos o tres discursos diarios podemos modificar la realidad? ¿Quién osaría afirmar, que con esta gobernación vamos a llegar a puerto seguro? ¿Cómo llegamos a la situación que enfrentamos hoy, y qué explica el proceso de degradación en el que estamos inmersos?

¿Alguien lo sabe? ¿Si lo supiere, podría decírnoslo?

Le pregunto ahora, ¿acaso les preocupa a los que nos gobiernan, la situación que con sus erradas políticas públicas han generado? Es más, ¿están conscientes de la gravedad de los problemas creados por ellos, de diciembre de 2012 a la fecha?

¿Le parece que exagero? ¿En verdad eso piensa, frente a lo que usted y yo vemos y sufrimos cotidianamente?

De pensar usted que sí, ¿eso significa que está convencido de que vamos por la ruta correcta? ¿Con el capitán actual en el timón, consideraría factible que nos lleve a puerto seguro?

De ser ésa su posición, ¿acepta entonces como correctos los planteamientos que el Presidente y sus funcionarios hacen, un día sí y otro también? ¿Consideraría entonces, que este gobierno actúa y gobierna sin estridencias y sin ocurrencias, como declaró el Presidente hace poco?

¿Vería usted entonces, los próximos tres años, con optimismo? ¿Piensa que en verdad, este gobierno combatirá eficazmente la corrupción, acabará con la opacidad y nos rendirá cuentas claras del uso de los recursos públicos? ¿En serio, así ve el futuro? De ser así, ¿cuántos mexicanos compartirían su visión? ¿Muy pocos? Si así fuere, ¿no le preocuparía estar errado en sus apreciaciones acerca de este gobierno y su desempeño?

Por último, al margen de lo que usted y yo pudiéremos pensar de la gobernación del presidente Peña y su equipo, ¿qué le parecería si en los próximos meses, prestáremos atención al tema?

Si aceptare, aquí lo estaría esperando –allá por enero–, para hacer un balance.

Por favor, no falte a la cita.

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