Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

16 Nov, 2015

La ciudad turística número uno, ahora está en guerra

Después de los cobardes atentados terroristas que sufrieron los ciudadanos y visitantes de París el viernes pasado, una de las primeras reacciones del gobierno mexicano fue poner en alerta a los viajeros nacionales.

Casi al mismo tiempo en que el presidente Enrique Peña Nieto enviaba un mensaje de solidaridad al mandatario francés François Hollande, y el gobierno de la Ciudad de México iluminaba el Ángel con los colores de Francia, la Cancillería emitió una alerta de viaje.

Ésta pide evitar desplazamientos innecesarios fuera del hotel o los lugares donde se encuentren hospedados los connacionales.

También ejercer un alto grado de alerta en todo momento y mantenerse informados, debido a la naturaleza imprevisible de los brotes de violencia.

Pero después de eso, y luego de que el grupo autodenominado Estado Islámico se atribuyó los ataques, el gobierno de Hollande declaró que estaba en guerra contra los responsables del peor atentado terrorista en la historia de Francia.

Se trata de un suceso que está poniendo a prueba a toda la capacidad de reacción de la fuerza pública francesa, después de que, evidentemente, fallaron sus sistemas de inteligencia para frenar una serie de eventos criminales en los que participaron varias personas y tuvo un alto grado de complejidad.

Pero eso de “estamos en guerra” es una frase que ya es bien conocida en México y que tuvo un efecto desastroso en la llegada de turistas internacionales, sobre todo provenientes de Estados Unidos.

Francia es una nación rica, que hoy está dolida profundamente y que requiere frenar el terrorismo a toda costa y, sin duda, todo esto repercutirá en el turismo.

Francia es el país más visitado del mundo, y París una de las ciudades que durante años ha atraído a más turistas internacionales.

Algo que seguramente cambiará, por lo menos mientras el gobierno francés logra vencer a los responsables de esta masacre, como le sucedió también a Nueva York, después de las Torres Gemelas, y a Madrid, tras la bomba en la estación de Atocha.

Al día siguiente de estos atentados, los franceses salieron a la calle para demostrar que no tenían miedo, pero seguramente los viajeros de otros países buscarán alternativas, frente a los riesgos que hoy representa acudir a la Ciudad Luz.

DIVISADERO

Canadá. También el viernes el primer ministro de ese país, Justin Trudeau, le dio instrucciones a su canciller Stéphane Dion, para atender varios asuntos prioritarios entre los que se encuentra eliminar la visa para los mexicanos.

Una decisión que en su momento parecía ser una reacción exagerada pero entendible, por parte de un gobierno que se sentía engañado por esos mexicanos que trataron de burlar sus leyes para irse a vivir a su país.

El hecho es que, como se dice en México, “salió más caro el caldo que las albóndigas”, pues Canadá ha dejado de recibir a cientos de miles de viajeros mexicanos que gastaban y disfrutaban de sus atractivos.

Ciertamente hay otras opciones para evitar esas entradas fraudulentas, pero todo indica que pronto se regularizará una relación ganar-ganar para ambos países.

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