Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

18 Nov, 2015

Un antes y un después en el negocio de la hotelería

Si Arne Sorenson, presidente y director general de Marriott International, le dijo a los miembros del Club de Recompensas de Starwood y a sus empleados que no había nada que temer por la fusión con esta últina firma; no comentó nada, en cambio, sobre lo que le sucederá a la relación con las Agencias de Viajes por Internet (OTA, en inglés).

En la carta que este personaje, ahora el capitán de la cadena de hoteles más grande del mundo, le dirigió a sus empleados, hay un párrafo crucial: “La unión generará tremendo crecimiento; aumento de valor para los accionistas; crecimiento en los beneficios para los consumidores; crecimiento económico, ventajas para los propietarios y los franquiciatarios y crecimiento en las oportunidades para los trabajadores o asociados”.

El hecho también es que, en un comunicado de prensa tras la fusión, esta compañía dijo que ahora con cinco mil 500 propiedades y 1.1 millones de habitaciones, la operación generará valor en un mercado que está evolucionando con rapidez.

Si lo “pequeño es hermoso”, como decía E. F. Schumacher, ¿para qué un megagigante se metió en el lío de fusionar a otro monstruo? Por lo menos dos aspectos son evidentes. El primero, que las cadenas de hoteles no han sido capaces de negociar con eficiencia con las OTA. Estas empresas cobran comisiones que van desde 35% hasta 25% de la tarifa neta de un cuarto de hotel.

Y si algunas compañías, como American Airlines y Lufthansa, se están batiendo a duelo para reducir las comisiones que les pagan a las OTA, los hoteles no han avanzado de manera significativa.

Ahora la situación puede cambiar, pues el nuevo jugador que estará emergiendo de la fusión tiene el tamaño para buscar opciones que le bajen sus costos de venta.

Y si hay que hablar de un mercado cambiante, entonces hay que pensar en la economía compartida y los millones que están poniendo sus casas y departamentos a competir con los hoteles, incluso en el mercado corporativo vía RBB.

Una reflexión más tiene que ver con la posibilidad de que Marriott incurriera en prácticas monopólicas. En realidad seguirá enfrentando una gran competencia, pero además entre las dos empresas fusionadas habrá unas dos decenas de marcas dirigidas a diferentes segmentos del mercado.

Resulta difícil pensar que en el futuro puedan manipular precios o fijar posiciones de abuso. Todo indica entonces que la operación que se cerró el pasado fin de semana marcará un antes y un después en el mundo de la hotelería.

DIVISADERO

Titanium. Ayer los principales funcionarios del Consejo de Promoción Turística volaron a Los Cabos, para su reunión estratégica anual con sus socios comerciales.

Fue tal la demanda de asientos de todos estos viajeros frecuentes, que cuando uno de ellos se acercó al mostrador de Aeroméxico para pedir un ascenso con su tarjeta Titanium, la de más alto rango, la señorita del mostrador le respondió: “Lo veo complicado, pues hay otras 10 tarjetas Platinum y otras 15 Titanium antes de la suya”.

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