Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

16 Dic, 2015

Espadas

En medio de la fiebre mundial por el relanzamiento de Star Wars, un científico ha dado una nueva esperanza de volver realidad uno de los iconos más representativos de la saga.

Don Lincoln, profesor adjunto de física en la Universidad de Notre Dame y estudioso del bosón de Higgs, escribió un artículo en el que sugiere la posibilidad de construir un sable de luz verdadero, que haga la delicia de los niños en futuras navidades.

Publicado el pasado lunes en el portal especializado space.com, el autor advierte que las características más notables de esta arma son ficticias, tal y como se muestran en las películas. Es poco factible que una pequeña empuñadura pueda contener la suficiente energía para generar un haz de poco más de un metro de longitud que además pueda derretir rápidamente grandes cantidades de metal y, de paso, no queme la mano de quien la sostenga. También debe descartarse que la luz se trate de algún tipo de láser, el cual tiende a volverse invisible mientras pasa a través del aire.

De acuerdo con Don Lincoln, una tecnología más realista sería la del plasma, el llamado cuarto estado de la materia (además de sólido, líquido y gaseoso) del que tenemos una expresión cotidiana en las luces fluorescentes, aunque con la salvedad de que generaría calor en exceso. Es posible controlar este factor, asegura, por medio de la manipulación de campos magnéticos. Sin embargo, haría falta adaptarle un material que, por decirlo de alguna forma, diera consistencia sólida a los sables para que sus luces no se atraviesen entre sí y realmente choquen, para así generar verdaderas batallas épicas.

No es imposible y ni siquiera difícil, asegura Lincoln, pero llegado a este punto sí es necesario desarrollar tecnologías aún desconocidas. Para ello, propone que un buen equipo de ingenieros se ponga a trabajar en una solución que materialice la ilusión de millones de adeptos en el mundo.

Cobraría vida así el concepto inventado por el británico John Stears (1934-1999), especialista en efectos visuales famoso por su trabajo en las primeras ocho películas de James Bond y que comenzó a trabajar en agosto de 1975 en la fantasía espacial de George Lucas, por la cual fue reconocido con el Oscar. Según The New York Times, el historiador Norman Klein considera a Stears como uno de los pioneros en transitar de la manufactura industrial de efectos especiales a su elaboración por medio de tecnología computarizada.

Con menos ciencia y más ingenio, aquellas armas legendarias fueron construidas reciclando piezas de viejas cámaras fotográficas Graflex que usaban los reporteros gráficos de la época, según contó a la BBC el escenógrafo británico Roger Christian, también ganador del premio de la Academia por su trabajo en el Episodio IV. Los prototipos finales se afinaron durante una reunión en enero de 1976, de acuerdo con un conjunto de documentos originales subastados en eBay en 2008. Ese mismo año, por cierto, una de las empuñaduras usadas por Luke Skywalker en La Guerra de las Galaxias y El Imperio Contraataca se vendió en 240 mil dólares, lo cual da una idea de su valor como objeto del deseo.

Y mientras éste se inventa en algún laboratorio que explote su potencial comercial, las redes sociales proveen ya una alternativa a la ansiedad. Al menos de manera virtual, la espada de Star Wars está disponible para los usuarios de Facebook, que pueden agregarla si así lo desean a su foto de perfil. El usuario tiene la opción de escoger la versión azul que corresponde a los caballeros jedi o la roja, que en este caso identifica al lado oscuro.

Esta herramienta es técnicamente similar a la que Facebook ofreció en junio pasado para que los avatares adquirieran una tonalidad multicolor, símbolo del orgullo gay, a propósito de la legalización del matrimonio homosexual en Estados Unidos, una iniciativa que en su mayoría cosechó comentarios positivos. No ocurrió igual en noviembre, cuando se facilitó a los internautas un filtro azul, blanco y rojo con la intención de transmitir un mensaje solidario a Francia tras los atentados de París. Lejos de la intención de inspirar paz, aquel recurso provocó pleitos ideológicos que demostraron cuán politizada está esa comunidad cibernética.

Esperemos que la multiplicación de sables virtuales entre los facebookeros no sea pretexto para otra batalla de dimensiones galácticas.

                marco.gonsen@gimm.com.mx

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