10 puntos para entender el resultado electoral de España

Los problemas son muchos y las propuestas variadas, pero los españoles no supieron definir una candidatura a la qué atar sus destinos. El equilibrio es muy complicado y alcanzar un gobierno estable, con estas cifras preliminares, parece una cuadratura imposible
Economía -
Mariano Rajoy, presidente de España. Foto: AFP
Mariano Rajoy, presidente de España. Foto: AFP

CIUDAD DE MÉXICO.- La convulsión política que se venía fraguando en España durante el último año se materializó en las elecciones generales celebradas ayer. No fue ninguna sorpresa, porque el vuelco electoral que se produjo ya venía anticipado por las elecciones europeas y regionales celebradas a lo largo de 2015. Pero lo que ya es una realidad en ayuntamientos y gobiernos regiones españoles, se vio reflejado en una cortes generales (Cámara de Diputados y Senado) muy colorido y diverso, y que será muy difícil de gestionar. ¿Cómo está configurado el nuevo escenario político español y cómo se llegó a ella? Veamos algunos puntos clave.

1. La nueva configuración política rompe con el esquema bipartidista que ha imperado en España desde 1982, cuando un joven Felipe González alzó al Partido Socialista de España (PSOE) con el poder. Desde entonces, el PSOE se ha alternado en la Presidencia con el centroderechista Partido Popular (PP). Unas veces lo han hecho con mayoría absoluta y otras en coalición con partidos nacionalistas, fundamentalmente catalanes (los ahora separatistas de Convergencia y Unió y Esquerra Republicana) y otras veces con los vascos.

2. Sin embargo, en estas elecciones, junto con el PP y PSOE, los antiguos excomunistas de Izquierda Unida y los partidos nacionalistas de abolengo, han surgido dos nuevas formaciones políticas de carácter nacional que han mellado la hegemonía de socialistas y populares: Podemos, un grupo recién surgido del descontento de los electores con la crisis económica, encabezado por un carismático Pablo Iglesias; y Ciudadanos, un partido de origen catalán, de mayor antigüedad que Podemos (nació en el 2006), de ideología neoliberal y afín a la unidad de España y que con el pulso independentista de Cataluña y el liderazgo de un joven Albert Rivera ha ganado un espectacular auge justo antes de las elecciones generales.    

3. Esa fragmentación política, ese cuatripartidismo resultado de la irrupción de esos dos partidos jóvenes hará muy compleja la posibilidad de un gobierno estable. Los primeros resultados arrojan una victoria del Partido Popular, actualmente en el poder, aunque quedará lejos de la actual mayoría absoluta. Esa situación da pie a múltiples cálculos políticos. Lo normal, en un principio, es que el presidente Mariano Rajoy intente formar gobierno. Su aliado natural sería Ciudadanos, pero no es suficiente. En caso de no lograrlo, no se puede descartar que se exploren otras combinaciones que puedan llevar a la Presidencia a algún otro partido, aun no siendo el más votado, aunque la aritmética sólo sale con alianzas muy improbables. Subirá al gobierno aquél que logre reunir una mayoría parlamentaria suficiente, por lo que a partir de mañana nos tememos que vienen negociaciones largas y muy complejas. El número clave es 176, que es el número de escaños que se necesitan para lograr la investidura.

 

Desafíos

4. Aun así, el gobierno que emerja de la coalición que se forme, en caso de lograrse una (tampoco se puede descartar que fracasen todos los intentos y se tengan que volver a convocar a elecciones), será de naturaleza inestable y hará muy complicado que cumpla con toda la legislatura, más en un contexto de fuerte competencia electoral en el que es muy fácil que surjan desavenencias a la hora de competir por los votos de electores muy parecidos.

5. ¿Pero por qué el mapa electoral de España ha mudado tan drásticamente en poco tiempo? ¿Cómo han podido irrumpir en la escena política dos partidos jóvenes con tanta fuerza como para socavar el poder que hasta ahora habían detentado, de manera bastante confortable, el PP y el PSOE? La razón es básicamente el descontento de la ciudadanía con la crisis, aunado a la etapa más oscura y triste de fraudes y corrupciones por parte de los dos partidos mayoritarios desde que empezó la democracia.

6. En efecto: es verdad que, entre las economías más grandes de la zona euro, España es la que crece con más vigor. En el tercer trimestre lo hizo a un ritmo de 3.4%, lo cual significa la tasa más poderosa desde diciembre de 2007 (3.6%), antes de que estallara la crisis. Además, contrasta con una expansión de 1.8% en Alemania. Pero, el vigor de su recuperación se explica en buena parte por la base de comparación: que el PIB de España aumente 3% o más este año no quiere decir que haya salido del hoyo, pues el valor de su economía todavía es 4% inferior al observado antes de la crisis.

7. La larga y profunda recesión de la economía española ha provocado estragos en el mercado laboral. Es verdad que ya está creando puestos de trabajo: entre 2014 y lo que llevamos de 2015 se han generado un millón de empleos. Pero eso no quiere decir que la situación haya dejado de ser desesperante: la tasa de desempleo, en octubre, estaba ubicada en 21.6%, que si bien supone una sustancial mejora respecto a las tasas superiores al 26% del reciente pasado, no son asimilables por la población española y supera en mucho la media comunitaria, con una tasa de10.7% en octubre. En el caso de la población más joven, aquellos con una edad inferior a los 25 años, la tasa de desempleo está en niveles insoportables, de 47.7%, aunque también por debajo de la peor fase de la crisis, cuando rozó 56%.

 

Mercado laboral

8. Pero no sólo el desempleo está en niveles intratables, sino que, además, para que la economía española recupere competitividad y pueda crecer, los salarios se han visto recortados. Eso sí, gracias al auge de las exportaciones, al turismo y al declive de las importaciones, España ha logrado corregir uno de sus desequilibrios más acuciantes, el de la cuenta corriente, que ha pasado a ser superavitaria luego de registrar déficits equivalentes a 10% del PIB a mediados de 2008.

9. Entre el elevado desempleo y los bajos salarios, la pobreza se ha convertido en un tema crucial en la campaña. Un dato basta: 2.3 millones de niños se encuentran en el umbral de pobreza.

10. En consecuencia, buena parte de la elección consistía en determinar si la solución pasaba por preservar las reglas del mercado en medio de una intensa contención fiscal, o si se debían relajar las metas presupuestarias con el objetivo de paliar los problemas de la población más vulnerable. Rajoy ha logrado, de momento, detener el deterioro fiscal y reducir los déficit en relación a la peor etapa de la crisis. En 2014, el déficit fue de 5.9% del PIB respecto a 10.4% en 2012. El ajuste fiscal, aunque costoso, junto con las políticas del BCE ha permitido reconducir las tasas a niveles muy bajos tras el susto de verano de 2012.

 

Así está la cosa: los problemas son muchos, y las propuestas variadas, pero, los españoles no supieron definir una candidatura a la qué atar sus destinos. El equilibrio es muy complicado y alcanzar un gobierno estable, con estas cifras preliminares, parece una cuadratura imposible. El mercado mañana dará su veredicto, pero nos tememos que la bolsa recibirá un castigo.

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