Pemex hoy, resultado de años de corrupción, y de algo más

Si bien no pocos expresan sus preocupaciones acerca de la situación que enfrenta Pemex hoy en día, otros se solazan porque, dicen en privado —con las debidas precauciones para no ser oídos, y menos escuchados—, es lo que le conviene al gobierno federal; específicamente, a la Secretaría de Hacienda.

¿Por qué, preguntaría usted, la quiebra de Pemex y el agravamiento reciente —producto directo de la nueva espiral descendente de los precios del BMMP—, beneficiarían a esa dependencia?

Usted, quizás desconocedor de las intrigas palaciegas y la intensidad de los golpes que se dan Los Corredores del Poder, no imagina el abultado cheque, que de continuar la caída de los precios del Barril de la Mezcla Mexicana de Petróleo (BMMP) recibiría Hacienda los primeros días de diciembre de este año.

Para darle una idea del monto a recibir, imagine que el precio del BMMP —de diciembre del año 2015 a noviembre de este año— promediare 30 dólares; dado que las coberturas amparan un precio de 49 y un volumen de 212 millones de barriles, el monto del jugoso cheque sería de 4 mil 028 millones de dólares. Si el precio del dólar en diciembre fuere 19 pesos, Hacienda obtendría 76 mil 532 millones de pesos.

En consecuencia, ¿les preocupa el precio actual, y el que pudiere alcanzar el BMMP en los meses que faltan de aquí a noviembre? Les vale, simplemente por el hecho de que Hacienda recibirá este año, por concepto de IEPS fijo, un monto cercano a los 270 mil millones de pesos.

¿Quién debe entonces estar preocupado, y ocupado en tratar de llevar el barco que es Pemex —que hace agua por todas partes—, a buen  puerto? El actual director general, Emilio Lozoya Austin. La desgracia es que a Pemex y a su director general, los han dejado solos pues a algunos, ya dije, sólo les interesa que Pemex se mantenga así, cual zombi, un muerto viviente.

De mantener a Pemex con vida artificial, Hacienda recibiría cientos de miles de millones de pesos por concepto de coberturas y del IEPS fijo; estos  recursos, los cuales —nunca estará de más decirlo—, no benefician a Pemex pero sí a dos o tres que, con ellos, quedarían bien con las conocidas e insaciables clientelas políticas lo cual, como usted sabe, sería muy útil de aquí a dos años.   

Lo que vemos en Pemex hoy, digámoslo sin miedo, es resultado de no pocos decenios de abulia, corrupción y dispendio; todo ello, aderezado con un importamadrismo ofensivo de funcionarios y dirigentes sindicales y también, hay que decirlo, de buena parte de quienes integran su plantilla laboral.

El Pemex de hoy, lo hemos construido a ciencia y paciencia desde hace decenios, todos nosotros; es un milagro que haya sobrevivido a tanto saqueador compulsivo. Los esfuerzos por acabárselo, no han tenido éxito pero, hoy están a punto de lograrlo.

Así que ya lo sabe; la situación que enfrenta Pemex, de prolongarse, pudiere llevarlo a la tumba y ser liquidada; esto, poco importa a los que se benefician políticamente de su situación. Su interés radica, simplemente, en que llegue 2018 porque, sólo así obtendrían cuantiosos recursos que les permitiría promoverse, para ser populares durante el año mágico, el 2018.