Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

18 Feb, 2016

¿Tendrán algún impacto los mensajes del Papa en los políticos? Parte 2

Este martes, dije aquí: …dichos mensajes (los del Papa) serían inútiles, si se dijeren una sola vez; para que fueren efectivos, deberían ser repetidos una y otra vez, siempre. Y lo más importante, deberían ser acompañados con el ejemplo de lo que se predica, por parte de quien los envía.

Aquí es donde las cosas se complican puesto que, las más de las veces, los llamados y mensajes que tienen que ver con un cambio cultural —por ligero que fuere—, si no van acompañados del ejemplo del que los hace o envía, rara vez tienen un efecto positivo; si no son hechos y enviados una y otra vez, todo el tiempo, de nada sirven. Además, repito, si no van acompañados con el ejemplo del que los envía o hace, ni siquiera serán escuchados. 

¿Esto es lo que va a pasar con los mensajes y llamados del Papa? Los destinatarios inequívocos fueron, no erremos, los políticos mexicanos y buena parte de sus socios; los enriquecidos al amparo del poder y en complicidad estrecha con ellos, al margen de la posición que hoy ocupen, unos y otros. No olvidemos que el saco que el Papa diseñó y cortó, quedó como si hubiese sido hecho a la medida a cada uno de los destinatarios: gobernantes, funcionarios, legisladores y dirigentes de partidos así como para sus socios.

Una vez que el Papa se fue, ¿quién repetirá sus mensajes y hará sus llamados? De los que se quedan e integran la jerarquía católica, ¿quiénes tendrían la autoridad moral de él para, en su nombre, enviarlos y hacerlos? Lo que quedará, al final del día, lo sabemos bien, serán los selfies, y las manifestaciones hipócritas que rayaron en el ridículo, de políticos de uno u otro signo, que se desvivieron pidiendo a gritos ser bendecidos, y por besar el anillo papal.

El espectáculo brindado, hay que decirlo también, ni es nuevo y menos privativo de nuestros políticos y poderosos enriquecidos; por el contrario, es regla de oro en el mundo real, que reine la colusión entre integrantes de uno y otro grupo.

Desechemos pues, toda ilusión de cambio inmediato, no sólo de aquéllos, sino de todos nosotros; si bien nuestras malas conductas no alcanzan la profundidad y extensión de las de aquéllos pero, en esto de la corrupción, no cantamos mal las rancheras.

Por lo demás, la experiencia obliga a preguntar: ¿Acaso todo lo que dijo y propuso el Papa es correcto, y económicamente viable? Para la respuesta, recurro a un católico practicante, el doctor Arturo Damn, quien en su colaboración cuya liga doy, nos la da:

http://www.asuntoscapitales.com/puntoi.asp?idp=450.

Ahí mismo, en esa página, encontrará otra; igual de importante y clara relacionada con el mismo tema: El Papa y el mercado. Por favor, léalas.

Los problemas del país y de su economía requieren, lo digo con el debido respeto, algo más que mensajes y llamados como los que nos dejó el Papa; al país le urgen herramientas las cuales, guste o no, tienen que ver con los mercados y su correcto funcionamiento, y con una legislación que haga posible esto último la cual, no tenemos.

¿No me cree? ¿No vio ni escucho a Carstens y Videgaray ayer? Las cosas, lo he dicho aquí, están muy complicadas. Hay que actuar, ¡pero ya!

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