Víctor Beltri

Víctor Beltri

25 Feb, 2016

Las palabras del FBI

Es impresionante lo que puede lograr una organización cuando su modelo de negocio está alineado correctamente: los segmentos de mercado bien definidos, con una estrategia para hacerles llegar una propuesta de valor hecha a la medida, canales de comunicación funcionales, las actividades ligadas a los recursos clave y una serie de alianzas estratégicas que ayudan a conseguir los objetivos.

Es el caso de Apple, sin duda una de las empresas más paradigmáticas de la historia reciente. La compañía ha sido capaz de sobreponerse a la pérdida de su fundador, y el estilo de vida que forma parte de su propuesta de valor es parte de la cultura moderna. El mundo sería muy distinto sin las tabletas, los reproductores digitales, los teléfonos y, por supuesto, las computadoras creadas en Cupertino California.

El modelo de negocio está alineado a tal grado que los momentos de crisis se convierten en una oportunidad casi de inmediato: lo que pase con el asunto de la seguridad —a pesar de lo importante que ciertamente es— pierde relevancia frente al posicionamiento que la empresa ha adquirido a ojos de los consumidores. Apple ha sabido hacerse del mercado con una imagen de limpieza y atención al detalle que se verá reforzada tras los comunicados de Tim Cook, cargados de emotividad, en un tono de heroísmo que ha hecho del diálogo entre instituciones uno de los aspectos más interesantes de la controversia.

La primera carta de Cook fue publicada el 16 de febrero, como un mensaje a los consumidores en el que habla de la necesidad de los sistemas de encriptamiento de la información y de cómo es una prioridad para la empresa, para después hablar del caso de San Bernardino, las demandas del FBI y la amenaza que representan para sus clientes, por lo que piden el apoyo popular en una cruzada que comenzaba a salpicarse de términos como libertad y democracia desde entonces.

La respuesta del director del FBI, James Comey, llegó el 21 de febrero. “El asunto legal, en particular, es bastante estrecho. La ayuda que buscamos es limitada, y su valor será obsoleto muy pronto toda vez que la tecnología continúa evolucionando. Simplemente queremos la oportunidad, con una orden de búsqueda, de tratar de adivinar la contraseña del terrorista sin que el teléfono en esencia se autodestruya, y sin que nos tome una década adivinarla correctamente. Nada más. No queremos romper el cifrado de los datos de nadie, o dejar una llave maestra simplemente perdida. Espero que la gente pensante se tomara el tiempo para entenderlo. Tal vez el teléfono contiene la clave para encontrar más terroristas; tal vez no es así. Pero no podremos mirar a los sobrevivientes a los ojos, ni a nosotros mismos en el espejo, si no investigamos esta pista.

“Respecto al contexto de esta situación descorazonadora, espero que la gente tome un respiro y deje de decir que el fin del mundo está cerca, y en vez de eso utilice el aliento en hablar entre ella. A pesar de que este caso se trata de los inocentes atacados en San Bernardino, resalta el hecho de que tenemos nueva tecnología fantástica, que crea una seria tensión entre dos valores que todos atesoramos: la privacidad y la seguridad. Esta tensión no debe ser resuelta por las corporaciones que se dedican a vender cosas, pero tampoco por el FBI, que se dedica a investigar cosas. Tiene que ser resuelta por el pueblo americano, decidiendo cómo queremos gobernarnos a nosotros mismos en un mundo que no sabemos cómo será. No tenemos que jalar hacia un lugar, —o ser empujados a otro por las voces más escandalosas— porque encontrar el lugar correcto, el balance indicado, va a tener una gran trascendencia para todos los americanos durante mucho tiempo”.

Cook respondió en un memorándum institucional, en el que agradece el apoyo de los empleados y entra sin ambages en el terreno en el que piensa librar la batalla, en pleno año electoral. “Durante la semana pasada he recibido mensajes de miles de personas en los cincuenta estados, y la abrumadora mayoría está escribiendo para expresarnos su apoyo irrestricto. Uno de los correos fue de un desarrollador de aplicaciones de 13 años, que nos agradeció la posición que estamos tomando ‘por todas las generaciones futuras’. Y un veterano del ejército de 30 años me dijo ‘como mi libertad, siempre consideraré que mi privacidad es un tesoro’”.

El debate apenas comienza, y sus resultados serán de gran trascendencia. Habrá que seguirlo de cerca, entendiendo las motivaciones políticas y modelos de negocio detrás de un asunto apasionante.

                *vbeltri@duxdiligens.com

              Twitter: @vbeltri

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