Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

22 Abr, 2016

La importancia de desconectarse

El síndrome de Burn out entre los emprendedores es real.

Un día estás lleno de energía, al día siguiente no te puedes levantar de la cama. La mente no enfoca y “no eres el mismo”.

Si tienes tiempo de ir al médico y realizarte análisis (algo que pocos emprendedores, alocados por los compromisos y deadlines de trabajo hacen) todo sale normal.

Es el cuerpo pidendo esquina y la mente pidiendo descanso.

El poder desconectarnos por un par de días es inminente no sólo para la salud física sino también para el rendimiento de nosotros en el negocio.  Irónicamente justo lo que buscamos conseguir, al aferrarnos al trabajo, lo saboteamos por la misma obsesión. Mentes cansadas son mentes que rinden menos y son menos efectivas. Cada vez trabajas más y tus resultados son menores, tu umbral a la frustración decrece y las decisiones se vuelven menos agudas y efectivas.

Sin embargo, para un gran número de empendedores el pensar en dejar el negocio, física y mentalmente, aunque sea por unos días, es impensable.

¿Cómo hacerlo? Para salir de viaje al 100%, sin dejar la mitad de la cabeza en la oficina, hay que aprender y aplicar simples consejos.

1. Viajar es lo que el médico y el experto en negocios recomiendan. El control y el éxito de un proyecto o una empresa no dependen de la presencia física y el control obsesivo. Al contrario, estudio tras estudio confirman que las personas que toman vacaciones de manera habitual tienen un mejor rendimiento de largo plazo.

2. Comparte tus planes. Tan pronto como tengas tu fecha de partida avisa a tu equipo de trabajo para que estén conscientes de que vas a estar fuera y por cuánto tiempo. Deja, además, mensajes en tu correo de voz y en el contestador automático de tu email avisando tu partida, tu fecha de regreso y los datos de algún contacto suplente que pueda atender cualquier emergencia.

3. De emergencias a emergencias. Mucho cuidado con dejar instrucciones vagas al estilo “… y me hablan en caso de emergencia”. Aun cuando es muy importante dejar información de contacto para que te puedan localizar es también fundamental que definas QUÉ es lo que crees que es una emergencia, ya que mucha gente considera a las pequeñeces como catástrofes. Especifica los casos en los que te pueden “molestar” y los canales correctos para hacerlo (el celular, el hotel, un mail…).

4. Piensa en el regreso. Un consejo muy útil es dejar preparado sobre tu escritorio una lista de los pendientes que necesitarás atender a tu regreso. Así podrás estar relajado y seguro de no olvidar nada importante y podrás retomar el ritmo de trabajo de manera más rápida y eficaz.

5. Por algo existe la literatura chatarra. No leas el periódico ni revistas de negocios ni prendas CNBC ni revises papeles atrasados durante tu viaje, esto sólo hará que tu mente divague y acabe pensando en los pendientes de la oficina.

6. Encuentra las causas. El trabajo, por más que nos quejemos de él, es un excelente pretexto o barrera para evadir situaciones personales complicadas que se evidencian o exacerban en tiempo de vacaciones (problemas en la relación de pareja, dificultad al tratar con los hijos, etc.). Haz un análisis de conciencia y evalúa si existe alguna razón ulterior por la que no puedas (¿o será que no quieras?) despegarte de tu trabajo.

7. Lleva una pequeña lista en la cartera y apunta ahí todos los pendientes, ideas,  preocupaciones y demás que se te ocurran o te atormenten de día o de noche para poder borrarlas de tu cabeza y disfrutar el momento y atenderlas cuando llegues de regreso a trabajar.

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