Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

8 Ago, 2016

El resto del año muestra grandes retos; pinta recesivo

Desde principios de 2016, la economía mundial empezó a dar señas de desaceleración, un comportamiento que hacía tiempo no se había manifestado en México, que había librado las tendencias que se empezaban a dar en otras partes del mundo. Pero lo más significativo es que nuestro país parecía seguir mostrando fuerza en algunos sectores de su economía.

Los importantes recortes que se hicieron al gasto público, a inicios del año, provocaron que se dejara de invertir en obras públicas como carreteras, puentes y construcción de puertos, lo que, a su vez, afectó la productividad y el crecimiento del país, como observaron expertos.

El director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada Pascal, comentó que la actual administración del gobierno registró los recortes al gasto más graves en la historia del país, y la tendencia que se empezaba a sentir llevaría la inversión pública a niveles no vistos en México, desde antes de 1940.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en el primer semestre del año el gasto de inversión sufrió una reducción real anual de 16.6%, frente al mismo periodo del año anterior, el monto más bajo desde 2013. El director general de análisis de HR Ratings declaró que la reducción en el gasto de inversión se debió principalmente a que el sector energético seguía sufriendo los bajos precios internacionales del petróleo, así como una menor producción de Pemex.

Por otra parte, el gasto en inversión que se ejerce en comunicaciones y transportes también se redujo en 1.3%, mientras que en educación cayó 19.4%; en salud, 28.5%, y en abastecimiento de agua potable y alcantarillado se observó una caída de 12.3 por ciento.

Foncerrada ha expresado que las reducciones en la inversión pública serán mitigadas con asociaciones público–privadas, pero que ésas no serán atractivas para el sector privado por su baja rentabilidad, ya que todas esas actividades tienen que ser solventadas con recursos al crédito, que tiene un costo demasiado elevado y una rentabilidad reducida.

Concluyó que “México necesita un sistema más moderno, donde existan instrumentos de financiamiento más prácticos y ágiles. Y ahora dice el Bank of América que nuestro crecimiento económico andará por debajo del 2% en 2016.

Por su parte, la banca europea tiembla y tira mercados. El banco Monte dei Paschi di Siena, tercer banco más importante en Italia y el más antiguo del mundo, no superó la prueba de estrés de la Autoridad Bancaria Europea, una prueba que refleja si dicho sector puede resistir un escenario económico adverso.

México no fue la excepción. De los cuatro bancos que cotizan en el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC), dos registraron retrocesos el 2 de agosto pasado. El precio de las acciones del Grupo Financiero Inbursa tuvo una caída de 1.84%, para finalizar a su nivel más bajo desde finales de junio pasado. También los documentos del Grupo Financiero Banorte disminuyeron 1.75%; los de Banregio presentaron un incremento en su cotización de 0.40%, y Santander México ganó 1.06% para cerrar a un precio por acción de 34.47.

La baja mundial del sector bancario también le pegó a Wall Street. La prueba de Stress 2016 dio resultados delicados para 51 bancos de 15 países, de los cuales Deutsche Bank, Commerzbank, Unicredit, Barclays y Monte dei Paschi di Siena, presentan un escenario adverso ante una posible crisis.

En el NYSE, las cotizaciones de los bancos más importantes como JP Morgan, Chase, Bank of América, Bank of New York Mellon y Citigroup, sufrieron una baja en línea con el comportamiento bancario mundial.

Y, mientras tanto, la venta de autos de julio en México tuvo la mayor alza en 16 años, con la comercialización de 131 mil 764 automóviles, lo que representó un aumento de 17.9% con respecto al año anterior y la tasa de crecimiento más alta registrada.

Por su parte, los indicadores cíclicos de la economía mexicana mantuvieron su racha negativa durante mayo y confirman un freno en la actividad productiva. En el quinto mes continuaron por debajo de su línea de tendencia de largo plazo de los 100 puntos y el Indicador coincidente acumuló siete meses por debajo de este umbral, mientras que el componente adelantado logró hilar en junio nueve meses debajo de ese nivel.

Para los analistas, estos resultados apuntan a una fuerte desaceleración para la segunda mitad de 2016.

“Estos indicadores cíclicos nos están confirmando que la economía se está desacelerando de una forma muy importante —aseveró el economista Jonathan Heath—. Se confirma una importante desaceleración en la economía para el segundo semestre: menor dinamismo y riesgo de recesión”.

 

*Economista

Twitter: @acanovelez

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