Ayudar a otros en la oficina puede arruinar tu productividad

Imagínese un día agitado en el trabajo. Un compañero de trabajo le pide ayuda; le está costando entender unas proyecciones financieras. Deja a un lado lo que está haciendo y pasa los siguientes 45 minutos ayudándolo a entender los números. Se va de su oficina entendiendo más.

¿Cómo se sentiría después de este intercambio? ¿Contento de haber ayudado a un compañero de trabajo necesitado? ¿Cansado porque gastó energía mental trabajando en el problema de él? Mi experiencia (y adivino que la de usted) tiende a ser variada.

Efectivamente, mi investigación reciente sugiere que responder a pedidos de ayuda en el trabajo es una espada de doble filo. Ayudar a un compañero de trabajo es vigorizante y regenerador, particularmente cuando puede ver que su ayuda ha marcado una diferencia. Pero ayudar también puede agotar su energía.

¿Cuáles son las lecciones para los que ayudan y para los que buscan ayuda?

Primero, ayudar a los demás puede tener efectos negativos que pudieran persistir durante horas para el que brindó asistencia.
Segundo, los días en que las personas que ayudan se sienten sin ganas de ayudar, pueden buscar soluciones de corto plazo para restaurar su energía como tomarse un descanso o una siesta.
Tercero, aunque negarse a ayudar puede ser visto como un traspié social, aceptar ayudar en un momento más oportuno es apropiado. Así, cuando sea posible, tal vez sea mejor para las personas que ayudan brindar su asistencia al final del día o de la semana laboral, o luego de haber logrado objetivos importantes propios.

Los que buscan ayuda pueden jugar un papel importante para aliviar los costos de la ayuda.

Primero, deben evitar buscar ayuda de la misma persona con mucha frecuencia.
Segundo, los que buscan ayuda pueden averiguar sus propias soluciones consultando materiales de referencia.
Tercero, los que buscan ayuda deben expresar gratitud. Aunque decir “gracias” pudiera sonar obvio, somos menos propensos a expresar agradecimiento en el trabajo que en cualquier otro lugar. La gratitud impulsa la energía del que ayuda.

Autora: Klodiana Lanaj es profesora asistente de administración en la Escuela de Negocios Warrington de la Universidad de Florida.

Jbf