Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

26 Abr, 2017

La respuesta a Trump es fashion

Al rostro enrojecido y retórica incendiada de Donald Trump, México debe responder con la mirada almendra de la modelo mexicana Daniela de Jesús Cosío y todo el ecosistema que la acompaña. El problema es que, en México, la moda todavía se mueve en la esfera del glamour, pero no ha podido dar el paso hacia el mundo de los negocios, aunque hay historias como la de Cristina Pineda y Ricardo Covalín que ya tienen más de 100 puntos de venta en todo el orbe o conquistas de pasarelas como las que ha logrado Daniela. La potencia plástica y arquitectónica de México, producto de una rica herencia cultural como consecuencia del mestizaje, genera una estética muy particular que ha tenido resonancia en el mundo y que guarda un gran potencial en su actualización a través de una nueva generación de mexicanos más globalizados.

El potencial de México se encuentra, además, en un momento propicio en lo externo, debido a la buena voluntad que hay hacia el país y su valiosa cultura, ante el discurso xenófobo que se ha asomado con la administración Trump. Por ejemplo, el diseñador Anuar Layón encontró el éxito con su chamarra “Mexico is the shit”. Layón me contó que la idea surgió de la solidaridad que atestiguó hacia México en la escena de las bandas de música en el mundo, por lo que se le ocurrió hacer una chamarra que expresara de una manera actual dicha solidaridad hacia nuestro país, la prenda tuvo mucho eco, incluso más allá de la escena musical, y hoy hay más demanda que oferta.

La moda es una gran herramienta de softpower o poder blando, concepto que acuñó Joseph Nye, que se refiere a la capacidad de un país de persuadir y proyectarse en el mundo a través de sus valores y cultura. Un buen ejemplo de la moda como softpower lo ofrece el Mercedes-Benz Fashion Week México, que recién cumplió diez años. En la edición 2017, que termina el viernes, se realizó una pasarela en el Ángel de la Independencia con una narrativa de un México sofisticado y globalizado. Detrás de este Fashion Week hay un gran equipo que encabeza Cory Crespo, quien tiene una clara visión para potenciar la moda en México y llevarla al siguiente nivel.

¿Qué tenemos para llegar al próximo nivel? Cinco diseñadores que ya tienen un camino recorrido con compañías que han logrado éxito a nivel local, modelos de clase mundial y pioneros como Óscar Madrazo, que en los círculos de la moda es apreciado como un mentor siempre dispuesto a dar ayuda, contactos y buenos consejos. ¿Qué se necesita? Escala y, para ello, capital, expertise en negocios y ejecución. ¿Quiénes serían aliados naturales? Fondos de capital de riesgo y de inversión, así como grandes textileros o incluso tiendas departamentales que podrían impulsar nuevos proyectos y construir marcas globales.

Otro beneficio de potenciar a México en la moda es que permitiría proyectar el país en turismo más allá de los destinos de sol y playa. Me contó Cory de la estrategia que siguió Colombia al dar gran importancia a su Fashion Week, que suele ser inaugurado por el presidente del país y que atrae a cientos de diseñadores y, por lo tanto, la atención del mundo, permitiendo a la nación inventar una nueva narrativa que enterró la terrible década del 90.

La moda es el corazón de la industria del vestido, que tiene un valor global de tres billones de dólares, es decir, poco más de dos veces el tamaño de la economía mexicana. Si bien hoy París, Londres, Nueva York, Roma y Milán siguen siendo los grandes centros que definen las tendencias de la moda, el negocio se ha acelerado por el fast fashion con jugadores como H&M e Inditex, entre otros, que masifican las tendencias generando mucho valor. Grupo Inditex logró, el año pasado, ingresos de 23 mil 311 millones de dólares, mientras que la sueca H&M tuvo ingresos de poco más de 25 mil millones de dólares. Ambas compañías trabajan de manera muy intensa para mejorar sus cadenas de suministro. La última tendencia que las ocupa es tener proveedores cerca de sus mercados clave, con el objetivo de responder de manera más adecuada a la demanda.

No obstante, el mayor volumen de las prendas que venden se producen en Asia; Vietnam, Bangladesh, Cambodia, en esa dinámica, la estructura de costos mexicana es mucho más cara y no deberíamos aspirar a competir con ella, se convierte en la guerra de los centavos. El camino que México debe seguir en esta etapa es generar valor agregado a través de investigación y desarrollo, patentes, creación de marcas a través de mercadotecnia. México está en un momento clave por la coyuntura Trump, que ha hecho evidente que tenemos que cambiar la narrativa, un buen instrumento es la industria de la moda.

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