David Páramo

Análisis superior

David Páramo

4 Jul, 2017

No acabó la rabia

Carlos Mena, quien hasta el viernes estuvo encargado de las investigaciones en la Comisión Federal de Competencia Económica, se fue con mucho más pena que gloria y había una pequeña esperanza de que muerto el perro, se acabara la rabia de las absurdas investigaciones que enlodaron a esta comisión, que no tuvo una sola oportunidad de forjar su prestigio, en buena medida, por las actitudes absurdas y protagónicas de su presidente Alejandra Palacios, así como de algunos de sus comisionados.

Este hombre, quien renunció por razones personales (cualquier cosa que eso sea. La apuesta más cercana es que descubrieron que generaba más problemas que soluciones), dejó algunas investigaciones pendientes y, al menos por un instante, pareció que la Cofece corregiría el camino y, por lo menos, las revisaría antes de seguir adelante.

Sin embargo, pesaron más los protagonismos o la ridícula visión política que campea en un órgano que debería ser técnico y decidieron notificar ayer “las medidas para regular la asignación de horarios de despegue y aterrizaje en el AICM” y ordenan 11 medidas correctivas, bajo la amenaza de que si no las cumple el administrador, el gobierno federal, podría tener una sanción de hasta el 10% de sus ingresos.

Adicionalmente, le dan recomendaciones al Congreso de la Unión, al Poder Ejecutivo y a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para que tomen las medidas que consideren pertinentes.

Otra vez la resolución es una porquería: Nuevamente tratan de regular el pasado. El análisis refiere a lo que sucedía en el AICM en 2014 y de ahí supone que, incluso, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México podría comenzar operaciones saturado.

Evidentemente, no alcanzan a dar una explicación de cómo estaría saturado una terminal aérea que es sustancialmente más grande y que, desde su primera etapa, operará con dos pistas de manera simultánea. Se trata, nuevamente, con los ojos en el pasado, de regular el futuro.

Se reconoce que la situación ha cambiado desde 2014 por medidas que ha implementado el propio AICM. Así que se esconden en hablar de situaciones de fondo que podrían saturar a la terminal aérea.

AFORES

Se repite miserablemente el mismo error de la investigación en el mercado de las afores que derivó en la multa más inútil de la que se tenga noticia. Se castigó a cuatro intermediarias y 11 personas físicas por dificultar el traspaso, una práctica que no únicamente las intermediarias ya habían suspendido de una manera unilateral, sino que además fueron formalizadas indebidamente por la Comisión Nacional del SAR, a través de dos circulares y que, nuevamente de una forma equivocada, avanza con su nueva circular única de operaciones.

Como lo señalé en su momento, la multa sirvió para inflar algunos egos, recoger aplausos entre algún sector de la prensa que se va con fintas inaceptables como el género, y absurdas como la independencia, pero no mejoró de ninguna manera las condiciones de competencia para los trabajadores.

Como he señalado en esta columna, las condiciones actuales privilegian a las afores de gran tamaño en detrimento de los mejores intereses de los trabajadores quienes deberían poder ser total y absolutamente libres de elegir la afore que les convenga sin la intervención paternalista del organismo que preside Carlos Ramírez.

Entre las muchas correcciones que requiere el sector de las afores destaca generar una mayor competencia; sin embargo, no parece ser un tema que importe a la Cofece.

CAMPAÑA MEDIÁTICA

Un poco para desviar la atención del estudio sobre la saturación del AICM hace tres años es regresar a las filtraciones que han sido una de las constantes en el organismo que mal preside Palacios.

En un ejemplo de mal periodismo, aparecieron notas periodísticas, según las cuales, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidida por Jaime González Aguadé, está realizando una investigación sobre el mercado de bonos y supuestos actos de colusión.

Seguramente recuerda que la Cofece filtró que se estaría realizando una investigación sobre los formadores de mercado y hasta se dieron a conocer nombres de empresas implicadas y en algunos casos hasta de personas. La investigación, que se hace a espaldas de los reguladores del sector financiero, hasta el momento parecería no tener ni pies ni cabeza.

Sin embargo, sacar esta versión aludiendo a fuentes vinculadas con el proceso (y hacer creer que eso es una noticia, cuando más una filtración) es, por decir lo menos, una mentira. Permanentemente, la CNBV realiza revisiones sobre este mercado e incluso es más o menos común que aplique sanciones como algunas que fueron muy famosas hace un par de años.

En resumen, todas las señales indican que la Cofece sigue manteniendo las mismas mañas o dicho de otra manera: muerto el perro, no se acabó la rabia.

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