David Páramo

Análisis superior

David Páramo

5 Jul, 2017

Documentando la tragedia

El estudio que hizo la Cofece sobre el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México tardó más de dos años en realizarse y parte de la situación que existía en 2014.

Sin embargo, Alejandra Palacios ha dicho en entrevistas que los cambios que se realizaron después de esa fecha son insuficientes (¿cómo, en algo que tardaron dos años en hacer, pueden descalificar lo que no conviene inmediatamente?) y hasta deja ir la idea de que el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México nacerá saturado, sin dar mayores explicaciones.

Después de 2014 se tomaron medidas para hacer más eficiente el uso de los slots. Los programas Plansa y Slotix evitan que las líneas aéreas realicen aterrizajes y despegues sin tener slots asignados, lo que incrementa la eficiencia en la terminal aérea y, por lo tanto, baja ostensiblemente la saturación.

El análisis, también falla porque no considera la liberalización que se dio con el acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos, así como los slots que cedieron Aeroméxico y Delta como parte de su proceso de integración comercial.

También se brincó la reforma a la Ley de Aviación Civil, así como las bases para la asignación de slots que fue aprobada por la propia Cofemer después de 2014.

Resulta inútil esperar un buen trabajo por parte de la comisión que mal preside Palacios, puesto que operan de una forma total y absolutamente soberbia, en la cual están convencidos de que sólo sus decisiones son correctas, pero es difícil de aceptar que no sólo hayan cerrado los ojos a lo que ocurrió en el AICM, sino que, además, ignoran las mejores prácticas internacionales.

Ignoran, como si no existieran, las consideraciones en materia de slots que ha hecho la IATA en aeropuertos saturados; así como los cumplimientos de horarios conocido como 85/15%, así como la propuesta de esta organización para la asignación de horarios de despegue y aterrizaje en aeropuertos saturados.

A pesar de que los legisladores crearon un organismo autónomo en el cual el Presidente de la República propuso candidatos entre los mejores perfiles (evaluados por el Banco de México y el Inegi), que fueron aprobados por el Senado de la República, en el caso de la Cofece se cometió un error verdaderamente grave.

La composición de este órgano no funciona, las formas de operación instrumentadas desde la cabeza son totalmente equivocadas. Entre quienes conocen a Palacios, la ven como una mujer testaruda que, ante la adversidad, si las cosas no le están funcionando de una buena manera, tiende a aferrarse en sus posiciones creyendo que, si insiste, todo se solucionará de una buena manera.

Habría que recordarle que la diferencia entre un perseverante y un necio es el resultado. Hasta el momento, ninguna de las resoluciones que ha emitido la Cofece ha tenido un impacto positivo en favor de los consumidores. De hecho, el presidente Enrique Peña Nieto no ha hablado públicamente de la reforma a la competencia económica. La otra parte de esta reforma, la de telecomunicaciones, ha sido particularmente promovida por el gobierno federal.

En algunos círculos se considera que el trato con la Cofece se ha convertido en algo verdaderamente difícil, puesto que, institucionalmente, se han convertido en una instancia con la que es difícil trabajar de común acuerdo.

CONOCIMIENTOS MíNIMOS

Parecería que existe una clase de periodistas analfabetas a quienes no sólo se les han olvidado los fundamentos de la noticia (¿qué, quién, cómo, dónde?), sino que, además, decidieron ignorar el sentido común o los conocimientos mínimos.

Algunos culpan a las redes sociales y la inmediatez, esas ganas absurdas de ser el primero, pero en realidad se trata de un muy profundo desconocimiento de la realidad y ganas de hacer drama o inflar las noticias.

Basta que alguien suelte un rumor en alguna red social para que una partida de periodistas ingenuos se lo traguen completito y, a partir de ahí, comience una larga serie de especulaciones que ni siquiera tiene que ver con el sentido común.

El martes, por ejemplo, revivió el rumor de que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores había iniciado una investigación en el mercado de deuda. La versión, falsa, citaba a funcionarios vinculados con el caso (siempre que lea algo así significa que es un invento del mal reportero) y sería a raíz de la investigación que está haciendo la Cofece.

Sin embargo, la absurda versión se cae por su propio peso. La CNBV se dedica a la supervisión permanente de los mercados financieros, es decir, no tiene que iniciar una investigación sino que es algo que hacen todos los días.

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