David Páramo

Análisis superior

David Páramo

7 Jul, 2017

¿Pasó el peligro?

Si hacemos un análisis de las dos principales encuestas de opinión mensuales entre analistas financieros (la del Banco de México y la de Citibanamex) y a ellas le sumamos la minuta de la más reciente junta de gobierno del instituto emisor, parecería que la opinión ha comenzado a ir en línea con los hechos económicos.

En los últimos tres años se ha registrado una dicotomía entre la confianza de los consumidores y sus decisiones de crédito. Casi al mismo tiempo en que se encuentran preocupados por el futuro de la economía del país, los datos de consumos al mayoreo, menudeo, las ventas a los afiliados de la ANTAD, la venta de vehículos, así como el crecimiento del crédito se han mantenido particularmente saludables.

Visto de otra manera: la gente dice estar preocupada, pero toma decisiones de gasto que desmienten esa afirmación. Si realmente estuvieran inseguros sobre la situación de la economía, no estarían realizando operaciones de gasto.

El tipo de cambio y el crecimiento de la economía han dejado de ser un motivo de preocupación, puesto que, incluso, comienzan a verse síntomas de optimismo. En cuanto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio o algún fuerte viraje en la política fiscal del gobierno de Estados Unidos, también ha disminuido la tensión.

Hoy parece claro que la negociación del acuerdo comercial arrancará a mediados del mes próximo y, si bien será una negociación intensa, ya no está sobre la mesa la posibilidad de que alguna de las naciones abandone el acuerdo comercial y, quizá más importante, en un lapso corto se llegará a un acuerdo que permitirá que México tenga una mejor posición comercial (eventualmente, también Estados Unidos y Canadá, pero ésa es tarea de sus gobiernos).

Si bien es cierto que han subido la estimación de inflación del 5.9 al 6% en las encuestas que se realizan entre especialistas, parecería que ya se contuvo el crecimiento sostenido y generalizado de los precios.

El último dato conocido es el de la primera quincena de mayo, en el cual los precios crecieron a una tasa anual del 6.30%, es decir, una cantidad ligeramente superior a la que en este momento esperan los analistas consultados. Visto de otra manera, nadie contempla una espiral inflacionaria o que los precios estarían fuera de control.

Considero que las estimaciones de inflación todavía se encuentran muy altas y que, por factores básicamente aritméticos, comenzará a disminuir de una manera ostensible en los últimos meses del año y, para enero, es muy probable que regrese hacia rangos cercanos al 4%, que es el máximo autoimpuesto por el Banco de México.

El propio Agustín Carstens ha dicho que, antes de ocupar su cargo en el Banco Internacional de Pagos, la inflación estará sustancialmente a la baja. Nadie tiene ninguna duda en torno a que la inflación se ubicará, el año próximo, dentro del rango establecido por el Banxico.

Así las cosas, parecería que la economía mexicana superó, gracias a una gran disciplina financiera, uno de los momentos más complejos de los tiempos recientes, sin implicar una caída en su PIB.

CUENTAS TRISTES

Dentro de las muchísimas confusiones que se han generado en torno a la tarifa cero, están las cuentas tristes que hacen muchos opinadores sobre cuánto tendrían que pagarle diversos operadores al preponderante en telecomunicaciones. Resulta que hacen cuentas que van desde los 30 mil y hasta los 50 mil millones de pesos.

Sin embargo, cualquier cosa que pudiera decirse en este momento es total y absolutamente absurda y fuera de lugar, puesto que los juicios de amparo por la tarifa cero aún no tienen ministro ponente y, por lo tanto, no tienen fecha para iniciar.

Cualquier número, entre más inflado sea, es totalmente incierto. El centro del problema, que ha sido puesto a un lado por la Canieti y algunos otros de los que están hablando de la caída de la Reforma a las Telecomunicaciones, es quién tiene la facultad para determinar esa tarifa y si hay exceso o no en la ley.

Desde mi punto de vista, no hay duda de que existió un exceso en la ley, puesto que el IFT ya había fijado una tarifa asimétrica, pero dentro de la negociación en el Congreso de la Unión se fijaron algunas posiciones indebidas.

Algo que han escuchado continuamente los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es la relevancia de dirimir estos juicios de amparo y que no pueden destruir al sistema en su conjunto. Casi le puedo afirmar que, al final de estos litigios, que serán largos y llenos de periodicazos, la tarifa cero será aplicada por el IFT y no habrá cobros hacia atrás. El tiempo se encargará de poner las cosas en su lugar.

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