8 errores catastróficos que no debes cometer en la fiesta navideña de tu oficina

Todos sabemos que la fiesta de Navidad de la oficina es un evento demasiado emocionante. Si bien algunas de las cosas que hacemos son hilarantes, otras son más bien tontas, y el resto son sencillamente peligrosas.
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Mejor, no lo hagas. Foto: Especial
Mejor, no lo hagas. Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.- La fiesta de Navidad en la oficina es una de esas tradiciones que emocionan a algunos, y aburren a otros. Lo cierto, es que ya estando ahí, nadie está a salvo de cometer algún error terrible. rosas.

El problema es que lo que sucede en la fiesta de Navidad definitivamente no se queda en la fiesta de Navidad.

Todas aquellas travesuras que llegamos a hacer nos seguirán al día siguiente, cuando volvamos al trabajo. Y sin duda afectarán nuestra reputación, si no es que hasta nuestra carrera.

Entonces, este año, cuando vayamos rumbo a nuestra fiesta de Navidad este año, planeemos divertirnos y todo, pero también guardar la compostura. O intentemos hacerlo. Lo que más podamos.

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Te aseguramos que, sin nuestra participación, el departamento de Recursos Humanos tendrá muuucho trabajo, posterior a la fiesta. ¿Para qué agregarles más carga?

A continuación te presentamos ocho cosas que debemos evitar. No necesitamos suponer que el consumo excesivo de alcohol está involucrado en la mayoría.

1. Caerse

Por supuesto, todos tenemos accidentes. Pero aquellos que se caen mientras beben, se llevan las peores críticas. Esto puede ser especialmente problemático si la caída ocurre a la vista de alguien que podría influir en tu carrera. Incluso tambalearse un poco jala toda esa atención no deseada.

2. Vomitar

Embriagarte ya es algo muy malo para tu reputación. ¿Por qué pensaríamos que el siguiente paso no sería algo pésimo? Vomitar en la fiesta de Navidad, especialmente cuando la gente puede verte, definitivamente es algo que debes evitar. Sé cuidadoso antes de beber. Cena. Y trata de mantener todo aquello en tu cuerpo. Sin perder el ritmo.

3. Romper cosas

Ah, el bullicio. La gente tiene mucho problema con el bullicio. Sobre todo si termina en lágrimas. No dejes que las cosas se salgan de control. Si nadie te pide que te subas a las mesas, o a las sillas, a las fotocopiadoras o cualquier otro objeto que no estÁ hecho para que te subas en él, no lo hagas.

En serio, no es buena idea. Recuerda que además de tus huesos, tu ego también podría terminar destruido.

4. Enseñar de más

Mostrar un tantito de ropa interior, accidentalmente, porque estabas bailando y mostrando tu habilidad con los pies, no está mal. Terminar con el vestido al revés, con la camisa en el suelo o sin encontrar tus zapatos, definitivamente está mal. Recuerda la importancia de la cultura organizacional, y advierte el código de vestimenta antes de elegir qué usar. Tal vez eso que compraste para salir con tus amigos no es adecuado para esta ocasión.

5. Desnudarte

Jamás tendríamos un problema con el nudismo. Pero definitivamente no es una buena idea para la fiesta de Navidad. Tampoco lo es tener relaciones sexuales en el baño, perderte por ahí con alguien con quien no te has atrevido a hablar en tus cinco sentidos. No importa qué tan amorosas se pongan las coas o qué tanto se libere tu espíritu, mantén tu ropa puesta.

6. Robar tragos

A ver, cuando la fiesta acabó, acabó. Lanzarte al bar y tomar algo que te parece que está mal acomodado (o que simplemente se te antojó) es ilegal. Ahora lo entiendes, lo sabemos, pero cuando traes algunas copitas encima, sencillamente "se te hace fácil" abastecerte de suministros. También lo sabemos. En serio, no está bien, menos aún si ya te han dado taaanto.

7. Ponerte malacopa

A nadie le gustan las personas que se ponen agresivas y arruinan la diversión. Si eres de los que tienden a enojarse cuando beben, entonces no bebas. Así de simple. Si tienes algo de qué quejarte, hazlo en tus cinco sentidos. Si no puedes controlarte, entonces aléjate. Pelear en el trabajo no está bien, menos si lo haces ebrio y en plena fiesta.

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8. Aleccionar a tu jefe

Es realmente sorprendente la cantidad de gente que elige dar una crítica constructiva a su gerente o director ejecutivo en plena fiesta de Navidad. Veamos, la retroalimentación es importante, pero es mejor hacerla mientras no arrastramos las palabras o tendemos a ser demasiado necios.

En esta temporada de festejos oficinistas, recordemos que para divertirnos hay que dejarnos ir un poco, pero que, al final, se trata de un evento de trabajo.

Este artículo se publicó originalmente en The HuffPost Australia

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