Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

10 Ene, 2018

Tendencias

 

LAS VEGAS.

 Gracias a Mars, la barrera del idioma ha quedado superada. No me refiero al planeta Marte, como se le llama en inglés, ni al cantante Bruno, sino a unos novedosos audífonos inalámbricos que pueden traducir de un idioma a otro de oído a oído, sin intermediación de algún otro dispositivo. Si usted sólo domina el español y su interlocutor habla coreano, podrá sostener una conversación, mínima por ahora, pero que promete ser fluida en el futuro.

Conocí a Mars el pasado domingo durante la primera actividad dirigida a medios de más de 150 países previa a la apertura del CES 2018, el encuentro anual que sirve de escaparate para los nuevos productos que lanzará la industria durante el año, pero también como la ventana donde cientos de desarrolladores y emprendedores dan a conocer el fruto de su talento e ingenio, y cuya pasión y entusiasmo pude atestiguar directamente por primera vez.

Merecedor de uno de los Premios a la Innovación en 2018, Mars ocupó uno de los puestos del CES Unveiled en uno de los salones del Mandalay Bay, donde compartió espacio con propuestas que mejoran tecnologías que ya están en boga –realidad virtual, realidad aumentada– con algunos inventos genuinamente utilitarios, pero que suenan simpáticos.

Entre los que me llamaron la atención está FoldiMate, un robot que en cuestión de minutos dobla decenas de piezas de ropa. Podría decirse que es el compañero ideal de la lavadora, aunque el problema es que ocupa un espacio similar y su precio de arranque (980 dólares a partir del próximo año) le anticipa problemas para su comercialización.

Con una vocación más placentera, Coravin presentó el undécimo modelo de un abridor de vino que extrae la bebida de la botella sin tirar del corcho, lo que permite conservar durante semanas o meses el contenido restante sin que pierda sus propiedades. La innovación consiste en que ahora se conecta con una app que sugiere al usuario con qué alimentos acompañar el vino.

Los sommeliers deberían temer por su chamba, aunque quizá no tanto los salones de belleza, pues Henkel –fabricante alemana de pegamentos, productos para limpieza y cosméticos– promueve una tecnología para analizar la estructura molecular del cabello de cada persona con el fin de sugerirle el champú o tinte que lo conserve lo más sano posible.    

Podrían mencionarse otros ejemplos en los que la conexión ofrece soluciones de vida saludable, como Streamlabs y Robeau, dos monitores de consumo de agua: el primero analiza qué tan apta es para beber y el segundo le ayuda al consumidor a saber en qué la está gastando para concientizarlo sobre su ahorro.

Pero, a reserva de observar otros ejemplos en los próximos días, me parece que Mars sintetiza una tendencia en la que se aspira a suplir con tecnología algunas carencias de habilidades o defi-ciencias de aprendizaje o culturales.

Patrocinado por el gigante coreano Naver, Mars sería el dispositivo idóneo para comunicar a las miles de personas que de todas partes del mundo se han dado cita en Las Vegas y que hablan entre sí en un inglés notoriamente disparejo. Pregunté en el stand de Mars qué tan precisa era la traducción y me dijeron que es muy semejante a la de Google Translate, una herramienta que, si bien es muy cómoda, también hace que un usuario no se sienta presionado a mejorar el dominio de un segundo o tercer idioma. 

En la misma ruta de atender carencias pedagógicas está BrainCo, a cuya conferencia asistí el pasado lunes, y que ha desarrollado una diadema que escanea señales cerebrales para que, en un salón de clases tradicional, el maestro pueda monitorear qué tanta atención le presta cada alumno para mejorarla al instante.

A esfuerzos similares estará dirigida la Inteligencia Artificial y el aprovechamiento de millones de datos que flotan dispersos en el universo digital. Ese tema fue tratado en su conferencia estelar por el CEO de Intel, Brian Krzanich (quien, por cierto, no hizo alusión a un reciente escándalo en el que está involucrado). Buena parte de su exposición detalló cómo la sofisticación ingenieril servirá para mejorar las decisiones arbitrales en el futbol americano.

Más útiles parecen las propuestas de conducción automotriz inteligente en las que coinciden Ford, Samsung, Panasonic y Sony, entre otros, para evitar embotellamientos y choques. Es decir, para resolver lo que los conductores humanos son incapaces de hacer por sí mismos.

Pero el CES apenas comienza y aún queda mucho por ver y contar.   

                                marco.gonsen@gimm.com.mx

 

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