¿Cómo afecta el calor a los aviones? ¿Pesan más? ¿Te pueden bajar?

El incremento de las temperaturas globales está representando un desafío significativo para la operación de los aviones, en particular durante las fases de despegue.

A medida que las olas de calor se vuelven más comunes, el impacto en la aviación civil se agrava, llevando incluso a la posibilidad de que los pasajeros deban permanecer en tierra debido a restricciones operativas. 

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Pero, ¿Cómo afecta el calor a los aviones?

¿Cómo afecta el calor a los aviones?

La seguridad es una prioridad fundamental en la aviación. En este sentido, sí, las altas temperaturas afectan adversamente el rendimiento de las aeronaves, especialmente durante el despegue.

El aire caliente, al ser menos denso, proporciona menos sustentación a las aeronaves, lo que puede complicar significativamente el despegue.

Este fenómeno pone en riesgo los procedimientos estándar y puede comprometer la seguridad del vuelo.

De acuerdo con Williams, un investigador destacado en este campo, los aviones experimentan una reducción del 1% en la capacidad de sustentación por cada incremento de 5,4 grados Fahrenheit (aproximadamente 3 grados Celsius) en la temperatura.

"El calor extremo no solo dificulta el despegue, sino que en condiciones muy adversas puede llegar a impedirlo completamente", señala.

Esta situación es particularmente crítica en aeropuertos de gran altitud, donde el aire es más tenue, y en aquellos con pistas de aterrizaje más cortas que proporcionan menos espacio para alcanzar la velocidad necesaria para el despegue.

¿Pesan más? ¿Te pueden bajar?

Los aeropuertos situados en regiones más cálidas o a mayor altitud enfrentan mayores desafíos. Por ejemplo, si un avión requiere 1.500 metros de pista a 20 grados Celsius para despegar, esta necesidad se incrementa hasta los 2.500 metros cuando la temperatura alcanza los 40 grados Celsius.

En verano, la combinación de altas temperaturas y baja presión atmosférica resulta en una menor densidad del aire, lo que obliga a las aeronaves a requerir más pista para levantar vuelo y dificulta su ascenso.

Un estudio realizado por la Universidad de Columbia estima que, para el año 2050, las restricciones de peso para los aviones de fuselaje estrecho como el Boeing 737 podrían incrementarse entre un 50% y un 200% durante los meses de verano en importantes aeropuertos estadounidenses como La Guardia y Denver International.

Como medida preventiva, las aerolíneas están comenzando a reducir el peso de los aviones, disminuyendo la cantidad de carga y, en casos extremos, el número de pasajeros y equipaje permitidos a bordo.

Soluciones a largo plazo y adaptación

Para mitigar estos problemas, algunos expertos han sugerido que los aeropuertos en zonas calurosas consideren la expansión de sus pistas.

Esto no solo ayudaría a acomodar las necesidades adicionales de despegue y aterrizaje en condiciones de calor extremo, sino que también reduciría el riesgo de retrasos y cancelaciones.

Sin duda la adaptación a estas nuevas condiciones climáticas es crucial para garantizar la continuidad y seguridad de las operaciones aéreas frente al cambio climático.