Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

31 May, 2018

#EncuestasElectorales

Dice Roy Campos, de Consulta Mitofsky, que las encuestas y el voto no son lo mismo y por ello sirven para todo menos para pronosticar al ganador. Eso al explicar las enormes diferencias entre los resultados que van presentado las encuestas mes a mes durante el proceso previo a la elección y, el que se observa el día de la elección.

Lo que me llama la atención de las encuestas es la enorme diferencia que hay en la mayoría en precios y facturación reportada al INE, de Lorenzo Córdova.

Por ejemplo, Massive Caller, de José Carlos Campos, factura 15 mil pesos y realiza cuatro estudios en promedio durante un mes, hace mil encuestas telefónicas. Su tasa de rechazo es superior a 60% incluso para las estatales y, la de no respuesta es de 30 por ciento.

Hay otras como Consulta Mitofsky, que cuesta 250 mil pesos cada levantamiento para preguntar en vivienda a mil ciudadanos en 100 secciones electorales con tasa de rechazo de 51.9% y de no respuesta de 26.8 por ciento.

Berumen, cobra 515 mil pesos para preguntar a dos mil 160 personas en dos domicilios que cubrieron en primera etapa 26 secciones electorales, en la segunda agregan tres manzanas más dentro de las secciones y en la tercera llevan al menos a una persona de 18 años. La tasa de rechazo es de 30% y de no respuesta en vivienda es de 37.1 por ciento.

La otra que POP Group, de Óscar Francisco Javier Graue Toussaint, realiza 2,214 entrevistas en hogares, en 110 secciones electorales y dos manzanas, la tasa de rechazo es de 34% y de no respuesta de 34% independientemente de los indecisos. Esa cuesta 143 mil 700 pesos.

Los 42  parámetros y costos de factura de igual número de encuestadoras registradas ante el INE son distintos, lo que muestra que esta rama de servicios es competida y diversa, pero hay algunos más notables como la que levanta Lorena Becerra para Reforma, que exhibe montos de facturación distintos por entrega, lo que no sucede en los otros casos que siempre tienen cantidades similares.

Esta levanta mil 200 encuestas en 100 secciones electorales realizadas en vivienda. Su tasa de rechazo es de 31% y no respuesta de 19%, pero los montos facturados fluctúan desde seis mil pesos a 406 mil pesos con tres facturas observables.

Lo anterior, lleva a considerar que en general, las encuestas no las está contestando entre 30% y 50%; y los indecisos están entre 20 y 30%,  por lo que es un error decir que esta elección está definida a un mes antes de la misma.

Hay por ejemplo interesante. Al menos en  23 de las encuestas revisadas, no con el agregador de Oráculus sino con la visita al sitio de cada una, se advierte que José Antonio Meade es el candidato que va subiendo más, porque inicia de algo como 15%-18% antes del primer debate, se cae hasta 8%-13% al término del mismo sube a entre 23%-28% en el último debate.

Por su parte, Ricardo Anaya muestra poco crecimiento o estancamiento y en algunas de ellas cae. Entre estos dos candidatos, algunas veces sube Meade, otras lo vemos bajando frente a Anaya, en otras Anaya cae y en algunas casi están en empate técnico.

AMLO se mantiene siempre constantemente arriba, pero su margen está en torno a 38-40% descontando indecisos y rechazos, salvo en cuatro encuestadoras siempre se va por encima de 45 por ciento.

Si la tendencia sigue igual en camino al tercer debate, Meade y Anaya tendrán pronto su definición de tendencias, pero con 50% de rechazos e indecisos, creo que ni Meade ni Anaya pierden, por el contrario hay margen para convencer.

Por último, las encuestas no consideran quién efectivamente podría recibir el voto sustancial de otros partidos, porque la segunda opción de los votantes de Anaya es
Meade, sobre todo los del PAN que se sienten agraviados por él y, en el caso de los del PRI, también saben que el acomodo con AMLO o con Anaya es tardío.

Los agravios que sienten algunos gobernadores también han sido evidentes en los últimos eventos hacia el frentista.

A todo esto, lo único que no entiendo, es por qué el costo de las encuestas es tan diferente –porque todas, salvo Massive Caller, tienen metodologías similares– y, menos aún, el porqué si lo que reportan al INE es lo que cuesta levantarlas, el vox populi dice que la venta de las mismas es desconocida porque se trata de un valor no facturado. ¿Para el INE, o para Ciro Murayama por eso de la fiscalización?

DE FONDOS A FONDO

#PérdidasAutomotrices. La estimación de las pérdidas que ha dejado el robo de autopartes y vehículos al ser transportados de las plantas de Guanajuato, Querétaro y el Bajío hacia el puerto de Veracruz, sólo para dos marcas, se encuentra arriba de 100 millones de pesos en lo que va de este año. Es curioso el incremento justo ahí, y es notable que se está realizando en pleno proceso electoral porque podría tener explicación en financiamientos irregular a procesos electorales mediante la movilización de bienes en especie o recursos no fiscalizables.

La AMIA, de Eduardo Solís, sabe que cruzar hacia Veracruz por Puebla, la zona de los huachicoleros y gaseros, es la que tiene vuelta de cabeza a seis marcas de automóviles que están severamente preocupadas por la incapacidad de los gobiernos federal y estatales para frentar la ola de robos en las vías de ferrocarril o sobre las carreteras federales. Los bloqueos similares en Michoacán, con destino a Lázaro Cárdenas dejaron 450 millones de pesos en pérdidas apenas en marzo. Y la pegunta al secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, es: ¿hasta cuándo?

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