Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

9 May, 2019

¿Cuánto tardará en llegar la decepción?

En ocasiones anteriores, tanto en esta colaboración como en Imagen Radio Primera Emisión con Pascal Beltrán del Río, he preguntado por qué no vemos, todavía, una fuerte corriente de decepción y desencanto en las filas de las decenas de millones de babeantes e hipnotizados seguidores y adoradores de López.

Por más explicaciones que he tratado de articular, no he quedado satisfecho; no falta algún amigo con el que discuto el tema, que me ofrezca el contraejemplo o la pregunta que echa por tierra mi argumentación. Dejo el tema y a los días, ante los aplausos y muestras de un fanatismo casi religioso carente de toda lógica, vuelvo a él y sucede lo mismo: No atino a encontrar una explicación sólida y completa, la cual resista los cuestionamientos de quienes me acompañan en la discusión del tema.

En ocasiones he llegado a preguntarme, ante las muestras de adoración fanática —y por lo tanto irracional— que la televisión difunde, ¿por qué aplauden?, ¿por qué ese fervor casi religioso a quien con sus decisiones ha perjudicado, tanto al aplaudidor como a sus familiares y amigos?

Esos aplausos y vítores, ¿serían acaso expresión de la más profunda ignorancia del funcionamiento de una economía de mercado y de la importancia de mantener la salud de las finanzas públicas? ¿Ignorantes también, de las causas del daño que ya se advierte en el crecimiento de la economía las cuales, son las dádivas prometidas, mas no cumplidas a cabalidad?

¿Será también, como me explicó un amigo, que entre los aplaudidores y adoradores fanatizados abunda el cinismo, y el afán de querer vivir sin trabajar? ¿Acaso la atracción que ejercen en no pocos la dádiva y la posibilidad de obtener más —sin dar algo a cambio—, lleva a miles a olvidar cordura y sensatez para entregarse a la borrachera donde todo será gratuito?

Sin embargo, sin afán alguno de rechazar y menos intentar rebajar la solidez
de los argumentos ofrecidos y de no po-
cos contraejemplos que me devuelven al tema, estoy convencido que empieza a configurarse —sin la valentía para atreverse a expresarlo públicamente—, un sentimiento de decepción y molestia por el engaño sufrido, a tan poco tiempo de la llegada de López
al gobierno.

¿Qué sucederá cuando ese sentimiento brote incontenible ante López, por el incumplimiento de tanta promesa hecha en la campaña y en estos primeros meses de gobierno? ¿Cuánto tardará el que millones descubran que será imposible que les cumplan porque, la prioridad de López está en el absurdo de pretender revivir ese cadáver insepulto que es Pemex?

¿Y si el despertar, producto de la decepción, se registrare antes de las elecciones intermedias? Además, ¿cuál sería la reacción de López si la economía, dados los elementos cualitativos y cuantitativos que a la fecha se tienen, ¿sólo creciere este año el 1.3, no el 2.0? ¿Y cuántos distritos federales ganarían, y cuántas gubernaturas?

Ante lo visto y padecido, ¿piensa usted que la adoración seguirá por siempre? ¿Acaso los babeantes e hipnotizados seguidores de López, jamás se darán cuenta de que todo fue un engaño para manipularlos y obtener su voto?

¡Pobre país!

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