Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

15 Ene, 2024

El año de la desaceleración del turismo

Si 2022 fue el año de la recuperación del turismo tras la crisis de la pandemia de covid-19, el pasado 2023 debe ser considerado el “año de la desaceleración”, según un reporte especial de Gemes, de Héctor Flores Santana.

Una frase muy fuerte que se sustenta en el hecho de que, después de que el turismo regresó a representar 8.5% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, cuando en 2019 era 9.0%, la información analizada por Gemes refiere que en el pasado 2023 se habrá estancado en niveles muy similares a los del año previo.

Una mala noticia, luego de que durante la pandemia el país parecía haber tomado vuelo por la decisión de mantener las fronteras abiertas al turismo.

Además de que el país se haya estacionado en los niveles que tenía antes de la pandemia, el verdadero problema es que los grandes destinos lograron seguir creciendo el año pasado, pero hay otros que lo hicieron en mucho menor medida o que de plano estuvieron en números rojos.

Por ejemplo, el Aeropuerto de Cancún registró en el año un incremento de 6.5% en la llegada de turistas internacionales, para cerrar en 20.9 millones; mientras que en la suma, junto con los nacionales, fue de 32.7 millones, con un aumento de 7.9%, según las cifras de Asur.

Mientras los pasajeros internacionales que llegaron a Los Cabos cerraron en 4.7 millones, con un aumento de 6.9% respecto al año previo, y en Puerto Vallarta llegaron a 3.9 millones, con 10.6% arriba; en estos dos últimos casos las cifras son del Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP).

Los problemas se encuentran en destinos como Huatulco, donde la llegada de pasajeros alcanzó la cifra de 914 mil, esto es 5.8% menos respecto a 2022.

Un destino que sufrirá más si el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene su idea de transformar el único campo de golf en una área natural protegida, en lugar de hacer una licitación internacional para seguirlo operando.

 

  • Y hay muchos más que siguen registrando menos de un millón de pasajeros al año, esto es, que representan menos de 2% de los pasajeros totales, como Acapulco, que traía 862 mil pasajeros a noviembre, con un aumento de 14.5%, pero con una caída de casi 6% en los internacionales, que sumaron apenas 54 mil 845.

Estas grandes diferencias derriban el discurso oficial de que en esta administración se han democratizado los beneficios del turismo en todo el país.

Algunos de los factores que están contribuyendo a que el tamaño del negocio turístico esté estancado en el 8.5% del PIB y que los beneficios se concentren en un número pequeño de destinos son:

Falta de recursos y estrategias efectivas para la promoción en los destinos turísticos de menor tamaño; inseguridad física y jurídica en destinos como Zacatecas o Colima; falta de estrategias en muchos de ellos para alentar y dar certeza a las inversiones, lo que se recrudecerá con el cierre de Fonatur.

El futuro del turismo en México al menos debería ser un tema a discutir en las campañas presidenciales de este año, para revisar las opciones que existen y no con la idea de no caminar a lo que había en el pasado, sino para relanzar a los destinos menos exitosos.

Hasta ahora, el año de la desaceleración se puede ampliar a un periodo de tiempo mucho más largo.

 

 

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