Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

21 May, 2018

Necesita BCS acuerdo visionario fuera de coyunturas

 

El Producto Interno Bruto (PIB) de Baja California Sur creció en 2017 a una tasa de 12%, la más alta de México; avance que no se vió reflejado ni en la mejora de los servicios a la ciudadanía ni en la infraestructura social.

Hoy, esta entidad, cuyo gobernador es Carlos Mendoza Davis, vive un momento crucial; pues su éxito está atrayendo más inversiones y este año se prevé que abrirán en Los Cabos otros cuatro mil cuartos de hotel.

Además, hoy el mercado de los viajeros estadunidenses, el número uno de Los Cabos, se está complicando para varios destinos mexicanos.

Mientras la salida de estadunidenses al extranjero está creciendo más de 7% este año, al cierre de abril un dato puso “los pelos de punta” a los empresarios de Baja California Sur, pues por primera vez desde el huracán Odile bajó 0.1% la llegada de turistas estadunidenses por vía aérea.

Ya no se trata de que un crecimiento a menor ritmo, sino de un declive que activó al Fideicomiso de Turismo de Los Cabos (Fiturca), que encabeza Rodrigo Esponda, y a la Asociación de Hoteles de Los Cabos, que preside Paloma Palacios, para evitar que se convierta en tendencia.

El nuevo secretario de Turismo de la entidad, Luis Humberto Araiza, tiene la instrucción de arrancar el aprovechamiento de 20 dólares para cada turista internacional que pernocte en el estado, decisión polémica que ya derivó en un amparo por parte de los empresarios.

En los siguientes meses seguramente entrará en vigor y ya hay un primer consenso, para que el cobro sea expedito y con las menores molestias para los viajeros.

En principio se aplicará en el aeropuerto y también habrá unos boletos en los hoteles, que podrán sumarse a la cuentay hay establecimientos que los regalarán a sus mejores clientes.

El declive de la llegada de viajeros estadunidenses avivará la polémica; pero un problema de corto plazo que debe resolverse aplicando estrategias comerciales, no debe ser confundido con otro de mediano y largo plazo.

No es viable ni deseable que en el futuro Los Cabos siga siendo un destino para ricos, con servicios públicos para pobres, sin ignorar el limitado desarrollo de otras regiones de la entidad.

Los empresarios de Los Cabos dieron un ejemplo cuando aportaron recursos y relaciones para solucionar la reciente crisis de inseguridad, incluyendo la donación de seis millones de dólares para construir un nuevo cuartel para la Marina.

Dado que sale del contexto estatal impulsar una reforma fiscal en México, que lleve a un reparto más equitativo de los impuestos federales en función de lo que cada entidad genera, la alternativa son los impuestos locales.

El aprovechamiento es uno de varios pasos para resolver problemas urgentes, como la falta de vivienda de interés social digna, y a cambio es justo exigir transparencia en el uso de esos fondos.

Pero sólo con un acuerdo visionario Los Cabos, Todos Santos, La Paz y Loreto podrán convertirse en destinos de clase mundial, que sigan moviendo el desarrollo del país.

 

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