Una Asetur estratégica para el turismo

La Asociación de Secretarios Estatales de Turismo (Asetur), que preside Juan Enrique Suárez, pretende este año lograr algunos cambios para volverse más útil, lo que no será fácil debido a la manera en que está diseñada.

Será hasta después de las elecciones presidenciales cuando, dependiendo del ganador, habrá más claridad sobre lo que sucederá con el sector turístico desde el lado gubernamental.

El presidente López Obrador, quien tanto critica al neoliberalismo y claramente apoya la intervención del Estado en la economía, con el turismo ha aplicado una visión propia de Adam Smith, donde la “mano invisible” del mercado se encarga de poner todo en su sitio.

Algo que no necesariamente ha sido funesto, pues su decisión de mantener las fronteras abiertas durante la pandemia y de no subsidiar el empleo provocó una recuperación más acelerada de los destinos respecto a la mayoría de sus competidores.

Pero también la falta de promoción federal y el cierre del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) están dejando al turismo en una posición que no se veía desde antes del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.

¿Cómo promover la marca país?, un paraguas debajo del cual se colocaban los destinos menos importantes turísticamente hablando.

¿Qué deben hacer para comunicar eficazmente una crisis cuando no tienen una agencia especializada?

¿Cómo se puede establecer una estrategia seria de promoción digital utilizando las herramientas que sí usan los competidores, como las cercas geolocalizadas, la inteligencia artificial o las campañas dirigidas a microsegmentos?

¿De qué manera se puede garantizar la seguridad jurídica sobre la tenencia de la tierra y promover las nuevas inversiones nacionales y extranjeras sin el fondo que se especializaba en ello?

Si gana Xóchitl Gálvez, la candidata de la alianza opositora, se podrían recuperar algunas de las instituciones, incluso cuando ya no se llamen Consejo de Promoción Turística (CPTM) ni Fonatur y, además, se les podría quitar lo que no servía.

Pero si gana Sheinbaum, como anticipan en este momento las encuestas, es factible que se consolide la visión de que todas estas tareas deben de realizarse desde los estados y la iniciativa privada.

Bernardo Cueto, titular de Turismo de Quintana Roo, dijo a este espacio que, en su experiencia, desde la entidad turísticamente más importante del país, la clave es que haya buenas prácticas y una política turística eficaz.

La Asetur podría apoyar en esas tareas si lograra crear una estructura desde donde se orquestaran las campañas de promoción para los estados, la contratación de la agencia de manejo de crisis o para compartir buenas prácticas en el impulso a las inversiones.

El caso es que, hasta ahora, los estados ni siquiera se han podido comprometer a pagar las cuotas mínimas que sus asociados han estipulado.

En el pasado ha habido presidentes de la Asetur comprometidos y de estados “ricos”, como pasó con Luis Araiza, extitular de turismo de Baja California Sur, quien pudo hacer muchas cosas porque, de entrada, su gobernador le dio presupuesto.

Pero la Asetur también ha languidecido, como pasó con su sucesor, Juan Carlos Rivera, de Oaxaca, quien, como ni siquiera contó con el apoyo de su gobernador, redujo la Asetur a su mínima expresión.

La apuesta es que una asociación útil justificará que los estados paguen sus cuotas, pero una cosa son las buenas intenciones y otra lo que pasará en la vida real.