David Páramo

Análisis superior

David Páramo

16 Jun, 2023

Génesis y desarrollo

Creer que con la decisión de los campesinos de Sinaloa de retirar su bloqueo del aeropuerto de Culiacán terminó la crisis del campo es estar profundamente equivocado: problema que no se enfrenta, se agrava. Estos campesinos, que son la parte más visible de un problema que se padece en, por lo menos, 20 entidades del país, son los más notorios. Habían logrado atraer la atención del gobierno federal cuando bloquearon instalaciones de Pemex, fueron recibidos por el secretario de Gobernación y atendidos por una oficina de la Presidencia: no se dio un paso hacia la solución del problema.

Ante la falta de respuesta satisfactoria, decidieron tomar la terminal aérea y las cosas se complicaron mucho más.

Hubo quienes propusieron trasladar el problema al pedirles que fueran tomadas las instalaciones de Minsa, Gruma y Cargill. Afortunadamente, el Presidente paró este movimiento al decir que no lo veía como solución al problema.

No se necesita mucha perspicacia para saber que acciones como la propuesta transformarían un problema nacional en un conflicto internacional. Si algún temor ha tenido la inversión nacional y extranjera durante esta administración es la falta de aplicación del Estado de derecho.

Convertirlo en un asunto político es un error muy grave. Los campesinos que están protestando no lo hacen por ninguna motivación política, no representan a ningún partido o corriente política; tampoco lo hacen porque sean corruptos y no quieran perder los privilegios mal habidos.

Sus acciones tienen que ver con la desesperación ante la falta de respuesta de un gobierno que no tiene herramientas reales para enfrentar el problema. La matemática es muy sencilla, están recibiendo 2,000 pesos por tonelada, menos que el año pasado y, lo peor, las bodegas ya están llenas, lo que podría generar que se perdieran totalmente las cosechas ahora que es la época de trilla.

REMATE DESCOMPUESTO

Durante varias décadas, el gobierno tenía un programa que daba certeza a los productores, puesto que había un sistema de precios esperado, el cual daba seguridad a los compradores y a los productores. Adicionalmente, había un esquema de financiamiento, a través de la banca de desarrollo, que les permitía a los productores poder tener apoyo en años donde hubiera una caída en los precios del producto. Con la llegada de la actual administración se decidió modificar el esquema que había funcionado, puesto que, dijeron, había una gran corrupción, y que se utilizaría a Segalmex como el eje a través del cual se entregarían subsidios directos a los más pobres.

El mecanismo no reveló sus deficiencias hasta hace unos meses y, de hecho, hubo mandatarios locales que provocaron que el programa de subsidios directos de Sinaloa se convirtiera en una política en todo el país. Durante los primeros años de la actual administración los precios de los productos agrícolas estuvieron muy elevados por la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania, por lo que no se notaron las muy graves deficiencias del sistema de subsidios directos a los campesinos de menores recursos ni el que quitaran cualquier red de protección a los medianos productores: el paso entre pequeño y mediano productor es milimétrico.

REMATE PENDIENTE

Con la decisión de los productores de retirar su bloqueo se comenzaron a recuperar las operaciones en la terminal aérea. Para determinar el impacto de este cierre bastaría dar los datos de Aeroméxico en esta terminal. Se afectaron directamente 15 vuelos de esta empresa, lo que implicaría aproximadamente unos 1,500 clientes.

Sin embargo, queda la falta de resolución de fondo del problema: los productores tienen que cosechar o perder todo lo que han venido construyendo y, para poder hacerlo, incluso teniendo pérdidas, se requiere que las bodegas les reciban el producto. Mucho más allá de la solución de corto plazo, está el hecho de que, si venden su producción con pérdidas o, peor, si la pierden totalmente, no habría producción suficiente para el año próximo, lo que implica graves problemas para la alimentación de todos los mexicanos.

Dejar las cosas en términos de un conflicto político que se puede acallar no es una buena solución, puesto que, otra vez, los problemas se irán apilando hasta el punto en el que no podrán seguir siendo administrados.

El próximo gobierno tendrá que, necesariamente, replantear el esquema de apoyos al campo. Hoy ha quedado claro que el esquema anterior era, en el peor de los casos, menos malo que el actual, que ha provocado una crisis en el sector que menos se afectó durante la pandemia y que, en los hechos, evitó una mayor caída de la economía.

 

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