China y la "Nueva Ruta de la Seda"

¿Es inminente la crisis de deuda en los países emergentes?
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China y la "Nueva Ruta de la Seda"

CIUDAD DE MÉXICO.- Las crecientes tensiones entre EUA y China sobre la culpabilidad de la pandemia de coronavirus han ayudado a reavivar los debates sobre el comercio, la transferencia de tecnología y si las empresas chinas deberían poder recaudar dinero en los mercados de EUA.

Sin embargo, el próximo frente en el conflicto entre las dos economías más grandes del mundo podría ser por la crisis de la deuda de los mercados emergentes.

A medida que una recesión económica mundial cada vez más profunda amenaza la capacidad de las naciones más pobres de pagar la deuda soberana, el grupo del G20 de naciones ricas acordó en abril ofrecer una moratoria en los reembolsos de préstamos bilaterales.

Sin embargo, China está tratando de asegurarse de que los a pagos al gran proyecto de Xi Jinping, la Nueva Ruta de la Seda, también llamado Belt and Road Iniciative (BRI), que ha generado al menos 461 mil millones de dólares en préstamos de infraestructura para 68 países, no se interrumpan. China firmó la promesa del G-20, pero luego dijo que los préstamos emitidos por el Banco de Exportación e Importación de China no formaban parte de ella. 

El secretario de Estado de los EUA, Mike Pompeo, criticó la política de préstamos de China con respecto a África y Asia, señalando que China ha impuesto una enorme cantidad de deuda.

Las tensiones políticas aumentarán luego de que un grupo de 16 senadores republicanos emitió una carta a Pompeo y al Secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, pidiéndoles que presionen a China para renegociar la deuda de los países en desarrollo, pues argumentan que los préstamos son parte de una "diplomacia-trampa de la deuda".

La cuestión relevante es que China tiene exceso de divisas y necesita exportar al extranjero. Los proyectos BRI tienen tasas de interés de aproximadamente el 6%, mientras que los préstamos en dólares del Banco Mundial a países de bajos ingresos suelen tener tasas del 1%.

Considerando que China es uno de los prestatarios más grandes del Banco Mundial, con 16,000 millones de dólares en préstamos pendientes, el país está, literalmente, pidiendo préstamos baratos del mundo desarrollado y obteniendo, a través del BRI, un margen de beneficio significativo por el diferencial de interés.

Según el FMI, la deuda total de los mercados emergentes ha aumentado de aproximadamente el 75% del PIB antes de la Gran Recesión a más del 100% en 2020, al mismo tiempo que las calificaciones crediticias de los emisores han disminuido y la proporción de propietarios extranjeros de deuda de mercados emergentes ha aumentado.

De marzo a la fecha, más de 100 mil millones de dólares han salido de las economías emergentes, además de que se espera que las remesas de los países ricos a los pobres caigan otros 100 mil millones en el transcurso del año.

Todo esto ha provocado que las tasas de interés a la que los países pobres y emergentes puedan pedir prestado dinero se disparen y han generado preocupaciones sobre una inminente crisis de deuda.

Con el diferencial entre el rendimiento del índice de bonos de mercados emergentes JP Morgan y la nota del Tesoro estadounidense a 10 años subiendo desde 290 puntos base (pbs) en febrero a 540 pbs el jueves pasado, las cosas no pintan nada bien.

Si el mundo en desarrollo no puede pagar sus deudas, la crisis económica y de salud global solo empeorará. El G20 considera que con más de 3 billones en reservas de divisas y una moneda que se ha mantenido estable durante la crisis, China está mucho mejor posicionada para resistir la tormenta que la mayoría de sus prestatarios.

Esos prestatarios, con el desplome de las monedas, la fuga de capitales y la amenaza de los costos médicos, no están en condiciones de hacer reembolsos a China. De los 33 países que están en riesgo por su deuda, 25 están en el esquema BRI.

Si China no declara una moratoria y estos países incumplieran con su deuda soberana, lo que parece cada vez más probable, quedarían excluidos de los mercados crediticios internacionales y no podrían ejecutar el presupuesto y los déficits comerciales necesarios para frenar la pandemia. 

A Detalle

Recientemente el G20 declaró la moratoria en la deuda de los países pobres y emergentes con el objetivo de no desestabilizar, aún más, los flujos de capitales y empeorar las condiciones de recuperación económica de estos países. China fue la excepción, pues no está dispuesta a poner en moratoria a los 68 países que le deben bajo el programa BRI.

El diferencial de tasas que pagan los emergentes con respecto al bono a 10 años de los EUA, es creciente. Es por eso que el G20 ha presionado a China para instrumentar una moratoria ante lo que parece la inminente nueva crisis de la deuda. De los 33 países que tienen este riesgo, 25 están en el esquema BRI de financiamiento chino.

Por Ismael Valverde-Ambriz, analista de llamadinero.com

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