José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

12 Mar, 2021

Rescate económico de Biden

Ayer se aprobó el plan de gasto público (American Rescue Plan, ARP) más ambicioso en la historia de EU, 1.9 billones de dólares (trillion en EU) que el Congreso sancionó en un voto estrictamente partidista, hoy que los demócratas controlan ambas cámaras y la Casa Blanca.

El ARP pretende ayudar a personas y empresas que sufren la recesión económica producto de la pandemia y estimular la dañada economía. Sus detractores dicen que sus objetivos son indefinidos, lo que se convertirá en un enorme desperdicio y aumento de la deuda sin mejorar las perspectivas de largo plazo de la economía.

Este plan tiene críticos de ambos lados: numerosos expertos que señalan que la economía ya empezó a recuperarse piensan que no se requiere un gasto tan enorme, mientras que la facción más progresista lamenta que se haya dejado fuera elevar el salario mínimo federal a 15 dólares por hora.

Algunas de las medidas específicas que incluye el ARP:

 * Primero que nada, contener la pandemia con una campaña de vacunación masiva, en lo que ha habido avances notables desde que llegó Biden al poder: se han aplicado ya casi 100 millones de vacunas.

 *1,400 dólares de “alivio” para los habitantes que ganen menos de 75,000 dólares al año, además de 600 que, en teoría, se enviaron hace poco, y 1,200 del año pasado, que llegaron con una cartita de Trump, como si hubieran salido de su chequera.

 * Se extiende la cobertura complementaria para 20 millones de desempleados, que se iba a acabar a fines de marzo y que ahora seguirá hasta agosto, con 300 dólares semanales, además del pago regular por desempleo.

 * 350,000 millones de dólares para atender los hoyos atribuibles a la pandemia en los presupuestos estatales y municipales, sobre todo los que dependen del turismo y la extracción de petróleo, que han despedido a 1.3 millones de personas.

 * La propuesta de elevar el salario mínimo a 15 dólares por hora, el doble de su actual nivel fue rechazada por el “parlamentario” del Senado, experto en historia y procedimientos de lo que puede aprobar el Congreso. Esta promesa de los legisladores más progresistas la empujarán por fuera de lo aprobado.

El debate sobre este colosal gasto “de emergencia”, cuando la economía ya se recupera a buen ritmo, recuerda el que hubo entre keynesianos básicos, que creían que cualquier aumento del gasto público era deseable al incitar más crecimiento, y los economistas clásicos, que sustentaban que sólo crearía más deuda que se pagaría con mayores impuestos, inflación y estancamiento.

El ala más progresista en el Congreso, cuyos anhelos manirrotos no tienen límite, teme que este paquete pueda obstaculizar uno mucho mayor que ellos quieren para renovar la decrépita infraestructura de EU, esfuerzo en el que fracasaron por igual Trump y Obama.

Mientras tanto, el déficit fiscal/PIB llegó a 18% el año pasado y la deuda neta del gobierno federal superó el 100% del PIB, lo que implica una gran fragilidad de la economía de EU cuando empiecen a subir las tasas de interés.

¡A ver cuándo hace crisis esta situación!

                *Consultor en economía y estrategia
                en Washington DC y catedrático
                en universidades de México y EU

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