José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

19 Jun, 2018

Seade, economista extraviado

El destacado economista Jesús Seade publicó el sábado pasado en un diario de la Ciudad de México la explicación de por qué decidió apoyar al candidato más populista en la contienda electoral. Conozco a Chucho hace años y es un profesional valioso, con impecable carrera profesional y académica, pero creo que está errado.

Afirma que él no cree que su aspirante pretenda dañar al sector privado, que aspire a nacionalizar empresas o sectores económicos o que vaya “a gastar lo que no tenemos”. Si bien el discurso de su favorito ha sido ambiguo en estos temas, sobre todo en la contienda 2018 en la que moderó sus posiciones, su convicción reiterada ad-nauseam es que el Estado debe comandar la economía.

El académico quien, por cierto, no ha vivido en México más que fugazmente en el último medio siglo, afirma que su candidato fue “fiscalmente prudente y muy competente” cuando gobernó el DF. Ambas afirmaciones no se sostienen al analizar las cifras y los resultados de su gestión: Se disparó la deuda, se estancó la inversión y el crecimiento, y se deterioró notablemente la calidad de vida de sus habitantes.

Afirma Seade que su elegido tiene un “compromiso total con el equilibrio fiscal y la apertura de los mercados,” en clara contradicción con los muchos dineros que se requieren para cumplir sus promesas y la indefinición de las fuentes de recursos, pues abolir la corrupción, aun suponiendo que lo lograra como no lo hizo en el DF, no genera el flujo de efectivo requerido.

Alega el economista que su aspirante identifica los grandes problemas nacionales como la desigualdad económica y el debilitamiento en el Estado de derecho, en lo que pienso que se equivoca pues el candidato alude a la pobreza, que no es lo mismo que la desigualdad, como el objetivo prioritario a eliminar, y ofrece hacerlo con regalos y subsidios, que fue lo que hizo en el DF, dónde la pobreza creció durante su gestión.

Respecto al Estado de derecho, quien ha sido el más refractario a aplicarlo es su candidato que gobernó el DF al margen del orden institucional mediante edictos como jefe de Gobierno para evitar el voto de la Asamblea del DF, que no controlaba, además de sus reiterados desacatos a fallos de la Suprema Corte.

Seade atribuye la desigualdad “a tendencias en tecnología y globalización a las que sería suicida oponerse,” que es justo lo que va a hacer su gallo, quien, por ejemplo, ridiculiza la generación eólica y al Conacyt irá quien rechaza los transgénicos. Igual quiere la autosuficiencia alimentaria. Lo primero indica su rechazo a tecnologías de punta y lo último, su atavismo rural que implica la planeación central del campo.

Le recomiendo a Chucho que lea el magnífico ensayo A tale of two Mexicos: Growth and prosperity in a two-speed economy en el que se concluye con claridad que las zonas del país con rápido crecimiento y generación de empleos bien remunerados son los vinculados a la economía moderna de exportación, y que gracias al TLC de Norteamérica tuvieron acceso al Estado de derecho más confiable de nuestros socios.

¿Qué va a hacer el favorito de Seade? Invertir en refinerías y trenes, dejar de exportar crudo, y retornar a la agricultura tradicional, al tiempo que promete dar marcha atrás a la Reforma Educativa y restaurar los privilegios y las prebendas que tenían sus aliados de la CNTE, que llevan semanas en paro, amagando a los ciudadanos que los sufren, y ahora, además, robando gasolinerías, sin una sola crítica de su elegido.

Si lo anterior no es un regreso al pasado más ineficiente en la historia del país, no sé en qué está pensando mi amigo Chucho. Creo que le hace mucha falta enterarse mejor de la situación de México y de lo que de veras ofrecen los candidatos.

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