José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

20 Jul, 2018

Trump, ¿traidor a su país?

En 1962 se estrenó la película El candidato de Manchuria con Frank Sinatra en el papel estelar. Su argumento relataba cómo durante la guerra de Corea el recién instalado régimen comunista chino, en connivencia con la KGB soviética, urdieron un programa para lavar el cerebro a presos de EU para que de regreso en su país y cuando fuera oportuno activarlos, sirvieran como agentes comunistas.

A recomendación del personaje que encarna Sinatra, uno de los integrantes del pelotón que sufrió ese trato recibe la condecoración máxima por heroísmo, lo que su madre, una trepadora social sin escrúpulos, aprovecha para promover la carrera política de su marido, un demagogo derechista.

Esta película, que retrata al EU de la década de 1950 en el que la persecución de supuestos comunistas llegó a su apogeo en el Congreso, vio la luz justo cuando la guerra fría pasaba por uno de sus momentos más álgidos con la crisis de los misiles en Cuba, en un caldo de cultivo en el que la paranoia y el temor eran generalizados.

Hace tiempo que los gringos dejaron de creer estas historias, salvo en series de televisión como The Americans que recién tuvo su último episodio, pero el tema resurge al brincar Donald Trump a escena con sus sempiternos ataques a los aliados económicos y militares de su país y su defensa a ultranza de Rusia.

Dedicó su reciente periplo a insultar a la OTAN y sus integrantes, que integran la alianza estratégica del mundo occidental, a sus anfitrionas en Inglaterra, la primera ministra Theresa May y la Reina Isabel II, a su aparato de seguridad nacional, al equipararlo con el exagente de la KGB que despacha como Presidente ruso.

Declaró a la Unión Europea enemiga de EU mientras definía a Rusia como “un competidor y no un adversario,” insultó a Angela Merkel y a Alemania por vender muchos coches a su país e importar gas de Rusia, mientras que EU tenía que pagar por su protección militar.

El colmo de tan desastrosa travesía diplomática vino en Helsinki donde se reunió con Vladimir Putin, a solas durante 2 insólitas horas, seguido de una breve junta de cajón con sus equipos, y una desastrosa conferencia de prensa en la que reveló ser el perro faldero de Putin.

Después de tan lamentable espectáculo, hasta los más abyectos aplaudidores del demagogo empiezan a cuestionar lo que muchos concluimos hace tiempo: el ignaro que eligió una minoría ciudadana, pero accedió a la Presidencia por las rarezas del sistema electoral de su país, no está ni remotamente calificado para el cargo.

Un detalle de importancia para nosotros es subrayar lo peculiar que el secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, que asistió a la reunión de la OTAN en Bruselas y luego al desastre de Helsinki, se brincó la visita al Reino Unido para ir a México con una delegación que incluyó a los secretarios del Tesoro y de Seguridad Doméstica, y a Jared Kushner, yerno y asesor de Trump.

Se entrevistaron con el presidente Peña Nieto por protocolo, pero su prioridad era ir a ver al candidato presidencial victorioso. ¿Cuál era la prisa para tener esta reunión, que le impuso a Pompeo 20 horas de vuelo adicionales a las que ya tenía que hacer con su jefe?

No queda claro, pues las declaraciones de ambos lados fueron puros lugares comunes y no se conoce el contenido del “pliego petitorio” que entregaron a los visitantes, pero adivino que se trató de venderle lo que han estado trabajando con el actual gobierno, que México firme con EU un acuerdo declarándose “tercera nación segura.”

Ello implicaría que los migrantes de Centroamérica de camino a EU para pedir asilo humanitario, serán rechazados porque hay un tercer país “seguro” que está dispuesto a aceptarlos, México. Ahora resulta que un traidor a su patria pretende imponernos tratos, a mi juicio inaceptables, ¿a cambio de qué?

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