¿Las rachas de éxito profesional son obra de la suerte?

En la ciencia, el año de 1905 se conoce como el “año del milagro”, el periodo cuando Albert Einstein, a la edad de 26 años, publicó varios descubrimientos que cambiaron la física para siempre.

Lo que sucedió con Einstein en 1905 puede describirse como una “buena racha”, o un arranque de éxito e impacto milagrosos. Nuestro conocimiento de las trayectorias profesionales creativas hasta la fecha, ha sugerido que es poco probable que estas incluyan las buenas rachas.

Por ejemplo, en mi trabajo anterior como coautor descubrí que el éxito más grande de investigación de un científico sucedía totalmente al azar en su serie de trabajos publicados: a este fenómeno le llamamos la “regla del impacto al azar”.

Aunque por sí misma es enigmática, la regla del impacto al azar tiene implicaciones desconcertantes: ¿qué ocurre después de que finalmente hacemos un descubrimiento?

En realidad, si cada trabajo de una trayectoria profesional es como un sorteo de la lotería, entonces el trabajo siguiente después de uno exitoso podría ser más mediocre que extraordinario y mostraría un retroceso hacia la media.

A la mayoría de nosotros —incluyéndome a mí— nos gustaría creer que si produjimos un gran éxito, eso nos ayudaría a producir después más. ¿De verdad estamos retrocediendo hacia la mediocridad después de avanzar?

A fin de responder esta pregunta, mi alumna Lu Liu y yo, junto con otros colaboradores, estudiamos la trayectoria profesional de casi 30,000 científicos, artistas y directores de cine. Descubrimos que en todas estas diversas profesiones, se mantiene la regla del impacto al azar.

De hecho, no es solo el mayor éxito el que ocurre al azar: también son al azar el segundo y el tercero. Este hallazgo muestra un panorama impredecible de creatividad, con una enorme participación de la suerte en el éxito individual. Si en verdad nuestra trayectoria profesional es como una lotería, ¿debemos seguir participando y esperar lo mejor?

Cuando alguien ha producido su mejor trabajo, ¿cuándo vendría su segundo mejor trabajo? Está a la vuelta de la esquina. Las trayectorias profesionales creativas se caracterizan por ráfagas de trabajos de gran impacto agrupados en serie.

Las buenas rachas son omnipresentes: para cada campo que estudiamos, cerca del 90 por ciento de las personas tuvo al menos una buena racha.

También descubrimos que las buenas rachas por lo general duran poco tiempo. Además, el momento de la buena racha es fortuito. Por lo tanto, aunque fueron comunes los periodos de éxito relativo, no había forma de predecir cuándo surgirían en una trayectoria profesional determinada, acorde con la regla del impacto al azar revelada con anterioridad.

De manera inesperada, las buenas rachas no se asociaban con una mayor productividad. Así es que, durante las buenas rachas, no producimos más de lo que lo haríamos habitualmente, pero lo que creamos es sustancialmente mejor que el resto del conjunto de nuestro trabajo.

Sin embargo, tal vez la consecuencia más importante —e inspiradora— es para los innovadores que se esfuerzan por dejar una huella en el mundo. La idea convencional es que el mejor trabajo de una persona probablemente se dé cuando está en su década de treinta o cuarenta años.

Nuestros descubrimientos indican que la buena racha puede surgir con cualquier trabajo que se publique y que se convierta en un conjunto de éxitos relacionados en el corto plazo. Parece que tu gran oportunidad puede llegar en cualquier momento de tu trayectoria profesional.

*Autor: Dashun Wang es profesor adjunto en la Escuela de Administración Kellogg, Universidad del Noroeste.