Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

25 Abr, 2018

Sección 230

Por Marco Gonsen*

No hay mal que por bien no venga, dice un refrán que aplica a un reciente acontecimiento que podría cambiar el internet, tal y como lo conocemos ahora. Aunque para hablar del tema quizá convenga más esta otra clásica frase: hay dos noticias, una buena y una mala, ¿cuál quieren conocer primero?

La buena es que, atendiendo un clamor social, el presidente estadunidense Donald Trump firmó el 11 de abril una ambiciosa legislación que combate los delitos sexuales que se cometen por medio de la red. Esta noticia pasó un tanto inadvertida porque coincidió con la mucho más ruidosa –mediáticamente– comparecencia de Mark Zuckerberg ante congresistas.

Conocidas por sus siglas en inglés como FOSTA (Fight Online Sex Trafficking Act) y SESTA (Stop Enabling Sex Traffickers Act), estas nuevas leyes no sólo fueron aprobadas con un abrumador consenso bipartidista en el Congreso de Estados Unidos, sino que previamente habían sido impulsadas por celebridades.

Amy Schumer, estrella del canal Comedy Central, y Seth Meyers, conductor del Late Night de la cadena NBC, encabezan un video-ensamble en el que artistas de cine y televisión liberales abogan por la aprobación de SESTA denunciando lo fácil que es “comprar” en línea a un menor de edad para fines sexuales. Tanto como ordenar una pizza... y lo peor, es legal.

Este video fue publicado el 11 de enero pasado por Mary Mazzio, directora del documental I am Jane Doe (2017), que reúne los testimonios de madres estadunidenses de jóvenes y niñas víctimas de tráfico sexual que denunciaron a Backpage.com, una página de anuncios clasificados de comercio sexual que está intervenida por el FBI desde el 6 de abril, una semana antes de la promulgación de las leyes FOSTA-SESTA.

La película de Mazzio –que está disponible en Netflix de México con subtítulos en español– está narrado por la actriz Jessica Chastain y centra parte de su argumento en la necesidad de modificar una cláusula que obstruye el combate legal a los sitios web que contribuyen a los crímenes sexuales: la sección 230 de la Communications Decency Act (CDA) de 1996. 

Para muchos, esta reforma es la mala noticia. Y es que la sección 230 es considerada históricamente como uno de los pilares que ha garantizado la libertad de expresión en internet y cambiarla supone un grave riesgo de justificar la censura, así como un freno a la innovación tecnológica y empresarial en el ciberespacio. La Electronic Frontier Foundation lo argumentó de esa manera en agosto de 2017, en una proclama para evitar la aprobación de SESTA.

La legislación a la que se refiere tiene una historia muy extraña. La CDA (o Ley de Decencia en las Comunicaciones) fue una norma aprobada en 1996 para restringir los contenidos que se difundieran en internet, una tecnología que apenas iba creciendo en ese entonces. Entre otras cosas, aquella ley –promulgada por el muy liberal gobierno de Bill Clinton– castigaba a quien distribuyera información sexual explícita en la red a personas menores de 18 años.

La CDA fue proscrita un año después por un fallo de la Suprema Corte de EU debido a que, a juicio de los ministros, violaba el derecho a la libre expresión. Pero, cosa curiosa, sobrevive y sigue vigente hasta nuestros días la sección 230, que establece que los proveedores de servicios y plataformas de internet no son responsables del contenido que ponen ahí los usuarios.

Por eso, Facebook no puede ser sujeto de acción penal si es utilizada por delincuentes o terroristas: no se le considera un editor y, en todo caso, es libre de diseñar los mecanismos para suprimir contenidos que pudieran infringir la ley.

Y ese es el riesgo que denunció la Electronic Frontier Foundation: con las nuevas leyes, las empresas de internet estarán obligadas a revisar el contenido que pongan terceros, para no ser sujetos de sanciones severas que pongan en riesgo su propia existencia. A diferencia de las pequeñas startups, compañías gigantes quizá tengan los recursos para enfrentar disputas en juzgados. Por lo pronto, Microsoft emitirá a partir de mayo nuevos términos y condiciones que limitarán contenidos sexuales y “lenguaje ofensivo” en Skype y Xbox.

Artículos publicados en los sitios Vox y The Ringer anuncian la futura guerra por la libertad digital, justo cuando acaba de ser enterrada en EU la neutralidad de la red. Y es que en este caso aplica otra vez lo que reza la sabiduría popular: de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno.

marco.gonsen@gimm.com.mx

 

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