El peligro de procrastinar en tu trabajo

CIUDAD DE MÉXICO.- La Real Academia de la Lengua Española define “procrastinar” como “diferir” o “aplazar”, pero no distingue si se refiere a que ésta acción retrase una actividad prioritaria o que sea sustituida por una más placentera o irrelevante.

Pero, en nuestros tiempos, procrastinar es visto como un gran enemigo de la productividad.

Seguramente en más de una ocasión te ha sucedido que estás trabajando en algo importante y en el momento siguiente estás revisando tu correo, tus redes sociales o viendo a dónde te vas a ir en tus siguientes vacaciones, por decir algo.

Es común y les sucede a todos en algún momento.

Procrastinar no es malo si se hace de vez en cuando, a veces hasta resulta necesario, pero es un peligro que se convierta en costumbre. Entre los factores que puede desencadenar están:

Acumulación de trabajo
Pérdida de clientes, pedidos
Mala gestión del tiempo
Estrés y cansancio
Mal ambiente de trabajo
Baja en la productividad
Mala planificación

Muchas veces la causa de procrastinar tiene que ver con la forma en la que nos valoramos.

Por ejemplo, si tienes que ir a visitar un cliente, pero tienes dificultades para socializar, o hacer una presentación de negocios, evitarás a toda cosa hacer dicha actividad, postergándolo lo más posible.

Por ello, es muy importante encontrar la causa de la procrastinación cuando es muy recurrente.

Si has detectado que sueles procrastinar con frecuencia, aquí te van algunos consejos que puedes implementar para erradicar esta mala práctica:

Identifica los momentos en los que procrastinas.
Trata de encontrar las razones por las que lo haces.
Al comenzar el día identifica qué tareas son urgentes e importantes; cuales son urgentes, pero no importantes; cuáles no son ni urgentes ni tampoco importantes, y cuales son importantes, pero no urgentes. De esta manera podrás centrarte en lo importante y urgente y dejar de lado aquellas que no.
Si te cuesta concretar proyectos o tareas, divídelas en tareas concretas o pequeñas para que no se te hagan pesadas.
Si de plano eres de los que necesitan tomarse un tiempo entre las tareas, hazlo, pero no abuses de este pequeño descanso.
Si identificas la fuente o la causa, trata de encontrar una solución, por ejemplo, si el internet te distrae mucho, bloquéalo mientras acabas la tarea.
No postergues aquello que te tomará dos minutos o menos terminar.
Revisa al terminar el día en que usaste tu tiempo, si fuiste productivo o en que parte fallaste y corrige.
Utiliza tu tiempo eficientemente, si estás cansado o molesto, es altamente probable que termines procrastinando. Para ello valdría más tomar un descanso y calmarte para recomenzar tus proyectos.